Además de intercambiar bates de béisbol (uno de ellos hecho por indígenas del sur de México), los presidentes López Obrador y Donald Trump intercambiaron tambien halagos en la primera reunión entre ambos, que se centró en el plano comercial y no tocó los temas más espinosos de la relación, como la inmigración o el muro en la frontera común.
En la primera de dos declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, López Obrador agradeció a Trump que haya tratado a su país con "comprensión y respeto", a pesar de que su homólogo estadounidense describió en 2015 a los inmigrantes mexicanos como "criminales" y "violadores" y aún mantiene su retórica antiinmigrante.
"Usted no nos ha tratado como colonia, al contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente", afirmó el mandatario mexicano en una comparecencia sin preguntas con Donald Trump.