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A puerta cerrada

La 'nueva normalidad' bilateral

A puerta cerrada

MARCELA GÓMEZ ZALCE

Con el tiempo se conocerá el balance final de la visita del presidente López Obrador a su homólogo Donald Trump. Ambos aprovecharon el encuentro para mandar señales a sus respectivos destinatarios en una visita que se preveía mucho más ríspida. La disciplina de ceñirse al script evitando locuaces improvisaciones y el canal diplomático conocido como "back channel" logró establecer acuerdos entre las partes de manera extraoficial arrojando los buenos resultados.

La política exterior preside las situaciones de conflicto, ahí donde se encuentre una situación difícil en cualquiera de sus fases, sus modos, sus tiempos o alcances se acude a la diplomacia para su manejo, nunca para su solución en el sentido de desaparición total del problema sino para su gestión y administración lo que supone como se ha visto ya, una considerable mejora pese que aún viene el trayecto más complicado. La relación bilateral y sus enormes asimetrías ha sido a lo largo de la historia una de política y conflicto; estrecha, universal y simbiótica.

Trump y López Obrador tan distintos y tan iguales. Ambos expertos en el manejo de la postverdad y la narrativa que a sus intereses convenga. No es fortuita la invitación al mexicano en tiempos electorales -donde la imagen del magnate estadounidense ha sufrido una caída sostenida en los últimos meses- bastaron unas horas para que el equipo de campaña de Trump en redes sociales subiera el discurso del Ejecutivo donde se refería al respeto del inquilino de la Casa Blanca hacia nuestros paisanos, para ser utilizado y contestarle al candidato demócrata Joe Biden quien señalaba el constante discurso de odio hacia los mexicanos por parte de Trump.

Esta dinámica será la "nueva normalidad" en la relación de aquí a noviembre y el gobierno mexicano deberá estar preparado para estar en medio del golpeteo electoral y del resultado post electoral. La negociación y mediación política adoptan sus mejores galas en escenarios convulsos y el contexto de ambos países se agrava ante el errático manejo de la pandemia que sin duda tendrá costos electorales en ambos lados de la frontera.

Sorprendente fue el manejo del presidente López Obrador quien no sólo cumplió las reglas sanitarias las cuales aquí desdeña sino su discurso audaz, lleno de simbolismos e historia frente a las palabras ramplonas de Trump, fue leído con sobriedad, precisión y de corrido. Nada de estudiadas pausas, tono arrogante, beligerancia e improvisaciones aunque no podía faltar la mentira al expresar que Estados Unidos no le ha impuesto nada a México ya que para evitar los aranceles una parte importante de la Guardia Nacional funge como el muro que Trump presumirá a lo largo de su campaña.

La mano de la diplomacia, ciencia que le es indiferente al presidente, deberá hacerse presente en estos aciagos meses electorales donde las dificultades pondrán sobre la mesa la asimetría versus la búsqueda del equilibrio entre las partes, navegar aguas republicanas y demócratas en un ambiente de alta crispación, en medio de una pandemia y con una severa crisis económica y de inseguridad se antoja una tarea bilateral compleja. Sin descartar claro, las eventuales sorpresas que aquí y allá tiznarán a los dos "amigous".

Por La Mirilla

En política (exterior) no hay coincidencias, ni en el timing del anuncio sobre la detención del exgobernador de Chihuahua. El efecto dominó Lozoya-Duarte ha comenzado...

Twitter: @GomezZalce

Escrito en: A puerta cerrada política, manejo, electorales, bilateral

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