En lugar de las elecciones, hay que pensar en las defunciones

Ayer domingo, el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó en sus redes sociales un escrito dirigido a las víctimas del Covid-19 donde jura cumplir 10 compromisos:

Gobernar sin permitir la corrupción; evitar que se padezca de enfermedades producidas por la pobreza; dar mayor importancia a la medicina preventiva y el deporte; impartir la materia de educación para la salud; campañas en medios a favor de una buena nutrición; mejorar el sistema de salud con más y mejores hospitales, personal y equipos; atender con prioridad las enfermedades crónicas; crear más escuelas de medicina y enfermería; garantizar el derecho del pueblo a la salud y finalmente ayudar con créditos, pensiones y becas para el bienestar de las familias.

Eso está muy bien...aunque falta:

Garantizar en el presupuesto recursos suficientes para comprar vacunas, no solo la que ya están apartando otros países contra el Covid, sino también contra la influenza que deberá estarse aplicando de manera masiva para el mes de octubre si no se quiere que el tema en los hospitales se desborde, aún más.

Establecer la obligatoriedad nacional del uso del cubrebocas, incluido el Presidente y sus secretarios por su liderazgo en la conducta de los mexicanos..

Entregar a los estados equipos de protección suficiente y adecuado para su personal de salud.

Ampliar el uso de las pruebas de detección, adquirirlas y entregarlas a los centros Covid de todo el país, antes de que empiecen a escasear a nivel mundial por la alta demanda que se está presentando y que crecerá a partir de los rebrotes en Asia.

Recobrar la confianza en las cifras de casos y muertes que presenta la Secretaría de Salud a través de Hugo López-Gatell, ante las dudas manifestadas, incluso por gobernadores cercanos.

Estos propósitos claros y firmes pueden ayudar mucho en la toma de decisiones, sin dejar de lado la urgente necesidad de convocar a una reunión extraordinaria de la Conago, el Poder Legislativo y el Presidente, para que, de una vez por todas, se muestre que pueden trabajar juntos para superar la emergencia.

De no ser así, el escenario que se vislumbra será peligroso para todos.

La violencia es otro tema sobre todo después de las muestra de poder que exhibió un grupo armado en redes sociales y que dejó en evidencia que la estrategia establecida tiene que cambiar, pero ese tema será objeto de otra columna porque por lo pronto las cifras oficiales de muertos por el coronavirus ya superaron al número de decesos por violencia.

La comunicación debería ser menos política para dar paso a una tregua que permita que, en lugar de estar pensando en las elecciones, se piense en las defunciones.