Sin lugar a dudas, la pandemia por la que el mundo está atravesando ha trastornado todas las actividades, sobre todo en los países donde actualmente el coronavirus está en todo su apogeo, con la propagación de los llamados casos comunitarios, es decir, los que se generan dentro de las mismas naciones, por lo que aún habrá que esperar a que transcurra lo más complicado de la contingencia sanitaria ya que, según se ha comprobado, no se puede hacer mucho cuando esta fase está en proceso, de ahí que sólo resta aplicar algunas medidas que permitan mantener el control del esparcimiento del virus.
Y a pesar de que un sector importante de la población está dispuesto a colaborar con la adopción de medidas indispensables para prevenir el contagio de Covid-19, también existe otro segmento de habitantes -muy significativo, por cierto- que se muestra renuente a obedecer las recomendaciones que con ese motivo han expedido autoridades federales y locales, pues se trata de las medidas mínimas y fundamentales para evitar que dicho virus continúe diseminándose de manera rápida en los ambientes donde se favorece su permanencia y que son precisamente esos lugares donde se carece de voluntad e iniciativa para contener el avance de esa enfermedad que ha cobrado la vida de cientos de miles de personas a lo largo del orbe.
Precisamente por esa resistencia con que se han encontrado las autoridades de muchos países del mundo es que la pandemia del coronavirus no ha podido ser mitigada de tal forma que permita la reanudación de actividades importantes como las educativas, de ahí que, como se recordará, en nuestra nación las clases se suspendieron desde la segunda quincena de marzo del año en curso, en todos los niveles de enseñanza, por lo que el ciclo escolar tuvo que concluirse a través del modelo denominado "Aprende en casa", en lo que respecta a preescolar, primaria y secundaria, y de manera muy similar en los niveles de bachillerato y profesional.
No obstante, amable lector(a), como se recordará, esa estrategia educativa tuvo sus inconvenientes y obstáculos, ya que, en muchos hogares, los pequeños y pequeñas no pudieron acceder a las lecciones a través de la televisión abierta o del internet al carecer de la energía eléctrica necesaria para tomar sus clases mediante este sistema que perseguía un noble objetivo pero que, al final, no logró su cometido de abarcar al 100 por ciento de los educandos que esperaban absorber esos conocimientos que les permitieran terminar el ciclo escolar de forma satisfactoria.
Ante este panorama, padres y madres de familia, además de los tutores de infantes y adolescentes, se vieron y sintieron impotentes para apoyar a los educandos en la misión de acceder a los programas de televisión e internet y, así, continuar con el ciclo escolar que quedó inconcluso por los efectos de la pandemia del coronavirus que, hasta la fecha, sigue provocando estragos no sólo en la salud de la población, sino en su economía y en otros aspectos relevantes como su estado anímico y emocional, de los cuales no se ha podido reponer, a pesar de los esfuerzos personales y de las propias autoridades, que se han visto rebasadas por la contingencia sanitaria.
Hasta el momento, según lo habían previsto las autoridades educativas, se contemplaba iniciar el próximo ciclo escolar a partir del 17 de agosto, pero, dadas las condiciones actuales, se dejó abierta la posibilidad de que las autoridades estatales iniciaran dichas actividades con base en el color del semáforo epidemiológico de su territorio, es decir, una vez que las circunstancias así lo permitieran y fuera mínimo el riesgo de contagio en las instalaciones escolares.
Por lo que hemos observado, conforme a la evolución que se ha observado de la pandemia de Covid-19 en nuestro país, esos planes para reanudar el nuevo ciclo escolar no se podrán concretar con base en lo programado, ya que la llamada "curva de contagio" no se ha aplanado en México pues hasta el momento no se ha apreciado una disminución de casos del coronavirus toda vez que, por el contrario, tal parecería que en el territorio nacional falta mucho para que esta fase se concrete como lo habían previsto las autoridades federales desde hace algunos meses.
A partir de los datos que hemos podido corroborar en el transcurso de la contingencia sanitaria que azota a nuestro país, hemos llegado a la conclusión de que el nuevo ciclo escolar podría iniciar con el modelo virtual, es decir, nuevamente con el programa "Aprende en casa", ya que hacerlo de manera presencial se correría el riesgo de un contagio masivo de Covid-19 entre todos los actores del sector educativo, es decir, educandos, docentes, directivos, padres de familia y personal administrativo.
Por ello, estimado(a) lector(a) tenemos el presentimiento (muy bien fundamentado, por lo antes expuesto) de que nuestros hijos continuarán tomando sus clases a través del modelo virtual, en virtud de que actualmente no se reúnen las condiciones sanitarias para que acudan a las aulas sin el riesgo de contagio de Covid-19. Sin embargo, habrá que esperar más tiempo para que las autoridades educativas fijen una postura clara sobre este tema tan delicado.