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LETRAS DURANGUEÑAS

Olga Arias, la golondrina viajera de la poesía

Olga Arias, la golondrina viajera de la poesía

Olga Arias, la golondrina viajera de la poesía

Fco. Javier Guerrero Gómez

Con la marcha indescifra, solamente el efluvio, la vista hacia la izquierda de la calle Independencia, en busca de la dama del verso. Tantas veces la había visto caminar austera repartiendo sonrisas.

Bajo su sombra, incógnito, escribí alguna vez la metáfora irredenta a la mujer poeta. Ante los futuros de la senda me dio prisa elevarme por el viento que ondea, para otear en su brisa nuevas palabras, guiado por las voces de arrullo de la señora respetable. Quería escuchar la voz, esa que endulza la palabra, floración del idioma en versos que ensalzan.

Silueta de mujer bienhechora tú ala, polen del buen decir que con su don se esparce sobre los pensamientos de quien bebe esperanzas.

Tus prolíferos escritos golondrinas viajeras, se han escapado a toda épocas en aras de cronos, a otros mundos, del ensueño carabelas, y han dicho de tu gente y han dicho de tu espíritu, paloma mensajera, y de tu Durango pueblo de temprana veleta.

Nacen jardines y quedan en lo eterno, las páginas sagradas del Durango el secreto. Las leyendas que guardan esas piedras del cerro, tradiciones que hablan como ancianos perpetuos y caen como estrellas en diluvio de verbos.

Las palomas de tus manos como las de Catedral, se han ido con sus alas trazando bendiciones y trinos en espacios del devenir del pueblo. Tus manos ave humana, son guías del camino, saludan al día como viejo conocido.

A la vera de la inspiración el agua que refresca paras dar la espiga a aquellos que en tu nombre buscan letras, esa luz que resplandece paras sacar de ellas el arte de la vida. Dadora de sentimientos, de pedacitos de alma, fragancia de mujer en ojos de poeta. Mujer enigmática, tranquila sigues por tu momento por las calles enseñoreando el aire.

Tras tu huella quisiera ensimismado una durangueña tarde, seguirte, para con suerte recoger poemas que tus labios murmuran con voces trémulas, mágico momento que acaricia al oírlo. Si Durango se escribiera en poemas sutiles, las letras en su cielo ante lo inmenso y con asombro se leería el nombre de Olga arias.

Silencio pido a que mi voz profane ti innato resentir de poeta lógica, con la mirada borraras el eclipse y traerá la luna de su órbita. Después cuando se acaben las palabras solamente cerraré los ojos, murmuraré con voz entrecortada los poemas que sin darte cuenta sembraste en el Valle del Guadiana sobre el inmarcesible surco del poeta.

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS Durango, poemas, poeta., mujer

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