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Y mientras tanto...

Y mientras tanto...

GABRIEL GUERRA CASTELLANOS

Aunque parezca increíble en este ciclo interminable de cobertura 24/7 sobre la pandemia, están sucediendo muchas otras cosas alrededor del mundo que conviene voltear a ver. Una de ellas es el proceso electoral en los Estados Unidos de América.

A 104 días de la jornada electoral, Joe Biden tiene una amplia ventaja sobre el presidente Donald Trump: 55%-40% a nivel nacional según la más reciente encuesta del Washington Post/ABC News, su punto más alto (y el más bajo de Trump) en lo que va del año.

Los niveles de aprobación del presidente se encuentran hoy en 39%, contra un 57% que tiene una valoración negativa de su desempeño. Pesa mucho su manejo de la pandemia, aunque le ayuda la percepción favorable de su habilidad para conducir la economía. Pero salvo en lo económico, en todos los rubros los encuestados prefieren por mucho a Biden.

Pero hay muchas cosas que pueden cambiar dramáticamente el rumbo de aquí al 3 de noviembre:

1. Campañas virtuales. Las limitaciones impuestas por la pandemia han obligado a la cancelación o rediseño de la mayoría de actos masivos, incluyendo mítines y las dos Convenciones partidistas. Biden mantiene presencia discreta, más enfocada en evitar tropiezos que otra cosa. Su selección de compañera de formula (es casi un hecho que será una mujer) puede ser determinante.

2. El poder de la Casa Blanca. Además de todas las herramientas gubernamentales a su alcance, Trump tiene en sus manos el micrófono más amplificado del mundo: el del presidente de EU. Cada aparición suya se vuelve noticiosa, lo cual le permite mover la agenda mediática.

3. El voto a distancia. Mucho se discute acerca del voto anticipado, que suele enviarse por correo. Dada la saturación del servicio postal, muchos votos podrían no llegar a tiempo o su conteo retrasar significativamente los resultados. Por si eso fuera poco, Trump ha iniciado una campaña para desacreditar la confiabilidad del voto por correo y acusar un posible fraude.

4. El cansancio del voto de rechazo. Las multitudinarias manifestaciones de protesta, que adquirieron un tinte anti-Trump, pueden movilizar muchos votos en su contra (y a favor de Biden), pero podrían también tener el efecto contrario: personas que se cansen del activismo o sientan que ya han hecho suficiente y no acudan a votar.

5. Los excesos de confianza. Lo malo de tener tanta ventaja con tanta anticipación es que se puede perder la adrenalina de una contienda cerrada y llevar a operadores y activistas a bajar la guardia. Ese fue uno de varios factores que le costaron la presidencia a Hillary Clinton en 2016.

6. Lo inesperado. El virus puede amainar. La economía reactivarse. Una crisis internacional o un conflicto armado. Un (nuevo) desastre o una inesperada buena noticia. Todo eso puede en teoría favorecer al presidente.

7. Manipulación electoral. Existe un riesgo real de que con artimañas legales se le impida votar a centenares de miles de estadounidenses, o que no se consideren válidos sus votos. Esto no es nuevo, pero dos factores aumentan el riesgo: las complicaciones logísticas debidas a la pandemia y la resistencia/resentimiento de funcionarios locales de la más rancia vieja guardia que busquen revancha contra votantes de minorías étnicas.

8. Kanye West. No se ría, querido lector. La candidatura del artista negro, un personaje casi tan errático e impredecible como el mismo Trump hace cuatro años, podría distraer votos, sobre todo de la comunidad afroamericana y de algunos jóvenes. En el ambiente de hartazgo y rechazo al sistema, West podría inclinar la balanza en algunos estados bisagra. Insisto, no se rían por favor.

Así las cosas en el país que presume de tener la democracia más avanzada y que sigue siendo la nación más poderosa del mundo.

Hagan sus apuestas, y prepárense para muchas sorpresas.

Twitter: @gabrielguerrac

Escrito en: Y mientras tanto... voto, presidente, Trump, tiene

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