Nutrición y Covid-19
El Covid-19 es una infección respiratoria causada por el virus SARS-CoV2, identificado el 31 de diciembre del 2019 en Wuhan, China. El contexto de nuestro país ha hecho que sea más difícil sobrellevar e incluso acatar las recomendaciones hechas por los organismos de salud y el gobierno; el 57.8% de la población laboralmente activa carece de seguridad social, lo que dificulta las medidas de atención directa en esta población.
La alta prevalencia de diabetes y obesidad de México ha ocasionado un 7% de casos graves que se atribuyen a enfermedades preexistentes, a diferencia de 5% observado en otros países. Diabetes, hipertensión, tabaquismo y el síndrome metabólico complican la evolución de la enfermedad.
El sistema inmune es el encargado de contrarrestar el efecto de microorganismos invasores y de proteger al organismo de agentes infecciosos. Para lograr una respuesta inmune ante el contagio es necesaria la participación y óptimo funcionamiento de las células del sistema inmunitario (leucocitos, neutrófilos, monocitos y macrófagos). La respuesta inmune se activa para evitar la progresión del virus a una etapa más severa.
La microbiota es el conjunto de microorganismos vivos que habitan el organismo, se identifican según su localización y proporcionan nutrimentos y estímulos inmunes que fomentan la salud intestinal. Las alteraciones en dicho conjunto se han visto asociadas a trastornos gastrointestinales, infecciones virales y enfermedades metabólicas. Existe evidencia que demuestra que los probióticos pueden influir en la correcta función del sistema inmunitario.
La alimentación juega un papel fundamental en la función del sistema inmune. La vitamina A, vitamina D, vitamina E y el zinc participan en la identificación y correcta activación de las células capaces de defender al organismo de agentes patógenos. Los antioxidantes como el selenio, y compuestos con acción antioxidante como el resveratrol y los flavonoides tienen un potencial efecto antiviral, así como su ya conocido efecto de neutralizar a los radicales libres y evitar el estrés oxidativo. También, las vitaminas C y E tienen un efecto antioxidante y actúan en el correcto desarrollo celular.
El efecto de una alimentación saludable sobre la actividad de las diferentes células inmunes durante la infección por SARS-CoV2 podría disminuir la gravedad de la infección, permitiendo una pronta recuperación y el aumento en la esperanza de vida de los pacientes con mayor riesgo de enfermarse gravemente.