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ARMANDO FUENTES AGUIRRE (CATÓN)

Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que escuchó el Magnificat de Bach, dio un nuevo sorbo a su martini -con dos aceitunas como siempre- y continuó:

-Dios, que expulsó del Paraíso al hombre y la mujer, no expulsó de él a los animales. Eso quiere decir que no han perdido su inocencia. Nosotros, en cambio, pervertimos la animalidad original que había en nosotros, y hemos llegado al extremo de considerar malo, bajo y sucio a lo que de animal hay en nosotros.

-Hemos complicado con mil absurdos prejuicios la santa simplicidad de nuestro instinto -siguió diciendo Jean Cusset-. Alguna vez quizá, después de veinte siglos más de errores, y luego de una larga y penosa evolución espiritual, llegaremos de nuevo a ser otra vez tan puros y tan inocentes como los animales.

Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini. Con dos aceitunas, como siempre.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador Jean, expulsó, nuevo, sorbo

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