Síndrome metabólico

En el mundo cada cuatro segundos ocurre un infarto agudo a miocardio y cada cinco segundos un evento vascular cerebral. En México, en la población de entre 20 y 69 años hay más de 17 millones de hipertensos, más de 6 millones de diabéticos y más de 35 millones de adultos con sobrepeso u obesidad.

El síndrome metabólico (SM) se considera un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedad cardiovascular y diabetes. Su incremento en la prevalencia a nivel mundial es alarmante. En nuestro país, alrededor del 25% de la población adulta lo padece y la edad de diagnóstico de personas con ésta enfermedad ha disminuido, de los 50 a los 30 a 35 años. En la actualidad, existe un incremento de obesidad y SM en jóvenes. Escasa actividad física y el consumo excesivo de comida rápida, harinas refinadas y bebidas azucaradas han sido tendencia de alimentación en la población joven.

El diagnóstico del SM incluye varios factores como obesidad abdominal, glucosa elevada en ayunas, aumento de la presión arterial, disminución del colesterol HDL, aumento de triglicéridos y resistencia a la insulina. Éste último puede diagnosticarse mediante el índice HOMA, el cual se obtiene con la medición de glucosa en sangre y la insulina en ayunas, un resultado mayor a tres indica resistencia a la insulina.

Según la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD, 2010), el diagnóstico de síndrome metabólico se realiza si existe obesidad abdominal más dos de los siguientes criterios:

- Circunferencia de cintura en hombres mayor o igual a 94 cm y en mujeres 88 cm.

- Triglicéridos mayores a 150 mg/dL.

- Colesterol HDL menor a 40 mg% en hombres y 50 mg% en mujeres.

- Presión arterial elevada, sistólica mayor o igual a 130 mmHg y diastólica mayor o igual a 85 mmHg.

- Alteración en la regulación de la glucosa: glucosa elevada en ayunas, resistencia a la insulina o diabetes.

Para el tratamiento y prevención del SM es necesario identificar los factores que contribuyen a su desarrollo y al mismo tiempo, hacer énfasis en la comprensión de las medidas que permitrán que se frene su propagación como el acceso a alimentos saludables, el fomento de la actividad física y la adecuación de éstos conocimientos a la rutina diaria de los pacientes.