¿Qué es el agua termal?
El agua termal es una sustancia rica en minerales dentro de los que se encuentra el calcio, el zinc, el cobre, el hierro, el selenio, el manganeso, entre otros. Es extraída directamente del subsuelo, ya sea de manantiales o de fuentes termales, con el fin de mantener las propiedades de los componentes y beneficiar la piel. Con un solo splash podrás refrescar, hidratar y calmar el rostro.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE USAR AGUA TERMAL?
Los minerales contenidos en el frasco fortalecen los mecanismos de defensa de la piel y refuerzan la función barrera, además de que evitan la pérdida de agua (aún cuando te mantienes bien hidratada), estimulan la síntesis de colágeno, nivelan el pH, favorecen la oxigenación, luchan contra el daño de los radicales libres y desintoxican sin secar.
¿PARA QUÉ SIRVE ?
Gracias a sus propiedades, el agua termal alivia las irritaciones en el cutis, descongestiona los poros, hidrata a profundidad, promueve la cicatrización, retiene la humedad, protege contra el envejecimiento y las manchas y desinflama las picaduras, erupciones o heridas.
¿QUÉ USOS SE LE PUEDE DAR?
Puedes aplicar el agua termal al final de tu rutina de cuidado de la piel para conseguir un rostro súper fresco, rociar la bruma luego del maquillaje (o durante el día) para un look jugoso al natural, aplicar el mist después de la depilación o tratamiento de belleza -como peelings-, tras haber hecho ejercicio e incluso para desmaquillarte.
¿CÓMO Y CUÁNDO USARLA?
Usar agua termal es lo más fácil del mundo. Solo debes cerrar los ojos y rociar a 15 o 20 cm por todo el rostro. Entre más limpia esté tu piel al aplicarla, más podrás aprovechar sus propiedades. Te recomendamos disponer de ella una o dos veces al día -o cuantas veces sea necesario- y cargar una en tu bolsa por si necesitas ese punch de vida y frescura cuando estás fuera.