Los informes en tiempo de Covid-19
Claro que estamos viviendo tiempos inéditos. Esta pandemia histórica cambió nuestras vidas y, por supuesto, cambió las formas de gobernar y, con ello, las maneras de comunicar, en lo que va implícita la presentación de sus informes.
Y es que, aunque el Artículo 169 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Durango mandata a los presidentes municipales a rendir un informe a sus respectivos ayuntamientos; y bajo ese compromiso legal, tienen la responsabilidad absoluta con la trasparencia y la rendición de cuentas con los ciudadanos, hoy el contexto es diferente, y aun en esta etapa de contingencia por Covid-19, hay que hacerlo.
Ahora, los gobiernos se enfrentan al desafío de cómo rendir su informe en el marco de esta contingencia, pues claro que no podrán hacer un evento multitudinario, como tradicionalmente están acostumbrados.
A ello le agregamos el tema de austeridad. La mayoría de los ciudadanos atraviesan momentos por demás complicados en diferentes factores, uno de ellos el económico; hay mucha necesidad entre las familias. Por tanto, los gobiernos no pueden salir con informes ostentosos, generando excesivos gastos, pues esos recursos se pueden destinar al tema de la contingencia por el Covid-19.
Un renglón por demás importante para los ayuntamientos, al momento de rendir cuentas, es destacar los procesos de evaluación a los cuales han sido sometidos, pues de ahí se derivan resultados de gran utilidad a la hora de gobernar.
En ese sentido, el Instituto de Evaluación de Políticas Públicas de Durango funge un papel fundamental, al momento de practicar evaluaciones a los ayuntamientos, pues de esos ejercicios descienden resultados que sugieren indicadores de cómo van y qué pueden mejorar.
Y es que los ciudadanos no se encuentran interesados, generalmente, en saber si el Gobierno contrató más maestros, construyó más hospitales o si construyó tantos kilómetros de carreteras; lo que a un ciudadano le interesa es cómo atienden a los niños y jóvenes en las escuelas; si se tiene acceso a servicios de salud de calidad; si las obras de comunicación disminuyeron los tiempos de traslados de las comunidades, o si los servicios públicos mejoraron por su casa, por las calles donde transita; si la seguridad mejoró.
Lo que los ciudadanos quieren sentir es la funcionalidad y el beneficio de lo que están haciendo los gobiernos, de ahí la importancia de que cumplan con la rendición de cuentas.
Así que los ayuntamientos están obligados a integrar resultados con indicadores precisos y contundentes que reflejen el verdadero beneficio en pro de los ciudadanos; además de presentar cómo actuaron frente a la crisis sanitaria y sus efectos económicos y sociales.
Para las personas no es tan relevante saber en qué, cómo y cuánto se gasta; sino qué beneficios se producen con esos gastos, a través de las políticas y programas públicos.
Es un reto para los gobiernos avanzar en la cultura de informar con base en resultados y evidencias se demuestren cómo los problemas se han disminuido o resuelto; además de traspasar el desafío del cómo comunicar en estos tiempos de pandemia.
@ArlnContreras