Primer ministro amenaza con destituir oficiales en sur de Irak
El primer ministro iraquí y comandante de las Fuerzas Armadas, Mustafa al Kazemi, amenazó hoy con despedir a altos cargos militares y de las fuerzas de seguridad de la provincia de Basora por no impedir los ataques de hombres armados contra activistas y manifestantes, que se han intensificado esta semana en medio de protestas en la zona.
"No hay lugar dentro de las fuerzas de seguridad para los que tienen miedo. El que cometa errores y fallos no permanecerá en su puesto y será juzgado de acuerdo con las leyes disciplinarias", dijo Al Kazemi tras una reunión con altos cargos militares y de la Policía de Basora, según un comunicado difundido por su oficina.
El primer ministro, que hoy llegó a Irak tras concluir su primera visita oficial en Washington, se dirigió inmediatamente a la provincia sureña para reunirse con las fuerzas de seguridad tras los recientes ataques contra manifestantes, que en la última semana se han saldado con los asesinatos de dos prominentes activistas, perpetrados por hombres armados desconocidos.
Al Kazemi criticó a los altos cargos por "no estar a la altura" a la hora de proteger a los manifestantes y tachó de "intolerables" las brechas de seguridad de las que, según el dirigente, los atacantes se han beneficiado para cometer los asesinatos.
Asimismo, dijo que "debe haber acciones preventivas" para "restaurar la confianza de los ciudadanos en los servicios de seguridad" y ordenó "encontrar a los criminales lo antes posible", de acuerdo con la nota.
"No acepto que ningún oficial falle en su trabajo, y lo que ha sucedido en Basora debería servir como lección", remachó el exjefe de los servicios de Inteligencia iraquíes, que ejerce como primer ministro desde el pasado mes de mayo.
Desde el pasado día 14, dos prominentes activistas iraquíes fueron asesinados por hombres desconocidos en el sur de Irak y una decena de participantes en las protestas fueron atacados, algo que ha llevado a las misión de Naciones Unidas en Irak (UNAMI) y a embajadas extranjeras en el país a pedir "más esfuerzos" al Gobierno para proteger a los manifestantes.
Estos asesinatos han promovido una nueva oleada de protestas en el sur de Irak en la que los manifestantes han prendido fuego a oficinas gubernamentales y han demolido sedes de partidos proiraníes cuyos líderes también dirigen milicias, a quienes acusan de cometer estos ataques.
La violencia en el sur de Irak se ha incrementado mientras Al Kazemi se encontraba en Washington para discutir la retirada de las tropas norteamericanas de Irak y para sellar diferentes acuerdos energéticos con este país.