Kiosko

Galería Seisdieciocho

El arte mentiroso (primera parte)

GALERÍA SEISDIECIOCHO

El arte mentiroso (primera parte)

El arte mentiroso (primera parte)

CARLOS CÁRDENAS

Pablo Picasso dijo: "El arte es la mentira que nos ayuda a ver la verdad", de entrada, la afirmación puede resultar desconcertante para muchos, pero en el fondo encierra algo que es muy cierto. A lo que se refiere Picasso es a la forma en que el arte puede, a través de una serie procesos visuales ofrecernos una comprensión de la realidad, regalarnos una visión más clara de la misma. No se refiere a una imitación servil y artificiosa de la naturaleza, aunque, ciertamente, podemos considerar la actividad mimética como una forma de representar la realidad, por ejemplo, cuando pintamos un retrato que se asemeje considerablemente al modelo, no estaremos, en el sentido más estricto, hablando de realidades con la misma naturaleza, si bien se asemejan, no es, en lo absoluto, lo mismo, la persona representada es un ser humano mientras que el retrato es una representación pictórica en una tela o tablero que no puede, en ningún momento, por muy parecido que sea al modelo, tener las mismas facultades que el mismo, así como la representación de cualquier forma proveniente de la naturaleza: un paisaje, animales, frutas, etc., no es otra cosa que una realidad simulada, virtual, no real, no verdadera; lo anterior nos recuerda la pintura de una pipa realizada por el pintor surrealista belga René Magritte (1898-1967) que llevaba la inscripción: «Ceci n'est pas une pipe» («Esto no es una pipa»), generándole a su autor bastantes reproches de los espectadores, a lo cual, en su defensa Magritte argumentó que si la inscripción hubiese sido "Esto es una pipa" habría mentido, y es verdad ya que lo que se estaba contemplando era una representación pictórica de una pipa, no la pipa como tal; tal reflexión ontológica surge del análisis de una costumbre que se había instalado ya en la conciencia colectiva, sobre todo en los consumidores de arte, no así en los artistas puesto que quien ha dedicado la mayor parte de su vida a representar la realidad a través de formas y colores, está consciente del "truco", de la aparente "mentira". El nivel técnico alcanzado por los artistas a través del tiempo llegó a un perfeccionamiento tal que las escenas representadas podían conmover tanto a los espectadores que, aun la más fantástica, era asimilada como verdadera o, al menos, posible, al grado de convertirse en arquetípicas provocando que, en lo sucesivo, todo alejamiento de dichas concepciones se juzgara inapropiado. Pero Picasso iba más allá al calificar al arte como "mentiroso": la realidad no era solo la apariencia de las cosas, sino la forma en que la procesamos mentalmente, y aun más lejos, la forma en que somos capaces de entender los contenidos más complejos de la actividad humana a partir de la organización de colores y formas dentro de un plano, o, dicho de otra forma: generando conocimiento a partir del artificio.

Escrito en: GALERÍA SEISDIECIOCHO arte, través, representación, realidad

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Kiosko

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas