Las polémicas 'cuotas de inscripción'
Una vez que, en la mayoría de los planteles educativos, tanto de Educación Básica (preescolar, primaria y secundaria), Media Superior (bachillerato) y Superior (la carrera profesional en forma), el proceso de inscripción (ya sea por el ciclo escolar 2020-2021 o por un semestre) se llevó a cabo, nuevamente se reavivó la polémica por el pago de ese concepto que a muchos padres y madres de familia no nos convenció del todo al tener que cubrir en su totalidad esa erogación, en virtud de que en algunos casos no existe justificación debido a los argumentos que a continuación trataré de analizar con mayor detalle.
Quienes alguna vez ya hemos tenido la gratificante pero a la vez pesada responsabilidad de encabezar una Sociedad de Padres de Familia sabemos que los recursos económicos que se recaudan año con año a través del tradicional concepto de "cuota de inscripción" se destinan, entre otros rubros, principalmente para el mantenimiento de todas las áreas de los planteles educativos, en renglones que van desde la impermeabilización de los salones así como de los espacios de Dirección, biblioteca, sala de usos múltiples, pues por experiencia hemos constatado que los materiales que en ocasiones obsequia la Secretaría de Educación son de baja calidad y sólo duran para uno o dos años.
De esta manera, la Sociedad de Padres de Familia de las escuelas de nivel Básico se ve en la necesidad de adquirir un material de la mejor calidad para no tener que gastar cada dos o tres años en ese concepto, así que se debe invertir en ese rubro cuando las circunstancias así lo ameritan, ya que recordemos que cuando se realizan gestiones para que el impermeabilizante lo facilite la Secretaría de Educación, dicho material no siempre está disponible y, en caso de que lo estuviera, la tramitología impide que se entregue de inmediato.
De forma lamentable, cuando esa clase de materiales se solicitan ante la referida Secretaría es porque se requieren en el momento, para solucionar un problema de filtración de agua de lluvia que afecta la impartición de clases en las aulas, de ahí que por lo general lo más viable es comprar ese material cuanto antes, para que se efectúen las reparaciones pertinentes y así los y las estudiantes no sufran por tener que esperar a que se resuelva esa problemática que es muy frecuente y cíclica cada año, sobre todo cuando las lluvias llegan a ser de tal intensidad que dañan severamente los techos de las aulas.
Pero, en fin... retomando el tema de la obligatoriedad de las mal llamadas "cuotas escolares", muchos padres y madres de familia coincidimos en que en el ciclo escolar 2020-2021 que arranca precisamente este lunes 24 de agosto, sí debió haber mayor flexibilidad y sensibilidad por parte de quienes integran la Sociedad de Padres de Familia de cada plantel educativo para que esas aportaciones se redujeran al 50 por ciento, es decir, que hubiéramos pagado la mitad de lo que se nos cobró, lo anterior en virtud de que se considera que, al menos lo que resta de esta fecha hasta lo que falta del año en curso, las clases continuarán con base en el programa Aprende en Casa II.
Y si este modelo de enseñanza-aprendizaje seguirá vigente por lo que resta de este año, no se tendrá que invertir mucho de ese recurso económico que se recaudó por concepto de "inscripción", sobre todo en materiales de limpieza, por lo que con lo que se pudo captar es más que suficiente para solventar las principales necesidades de los planteles educativos, tomando en cuenta, además, que debió quedar un remanente de fondos financieros del anterior ciclo escolar.
Otra cuestión que nos molesta a muchos padres y madres de familia es que algunos trabajadores administrativos (y también varios maestros) que se encargan del trámite de reinscripción le solicitan al padre, a la madre o al tutor que muestre el recibo de pago o el comprobante bancario de la famosa "cuota de inscripción", con lo que asume facultades que no le corresponden, ya que ese trámite se debe efectuar sin pedir que se acredite que se cumplió con ese requisito que no es obligatorio, al menos en lo que respecta a preescolar, primaria y secundaria, a pesar de que muchos directivos y docentes esgriman mil y una razones para su cobro, si bien sabemos que esos recursos se destinan para el mejor funcionamiento de las escuelas.
Lo que sí reprobamos es que maestros y directores intervengan para condicionar la inscripción y reinscripción a cambio del pago de esa "cuota", pues finalmente los padres y madres que tenemos hijos estudiando en esos planteles educativos sabemos que es necesario hacer una aportación económica para el mantenimiento de todos los espacios escolares y para la compra de insumos indispensables para su mejor funcionamiento.
Requerimos, amable lector(a), que exista un mejor diálogo y mayor comunicación entre directivos, docentes y padres y madres de familia, con el objetivo de llegar a los mejores acuerdos sobre la aportación que cada año o semestre realizamos con el objetivo de que nuestros hijos e hijas cuenten con espacios físicos adecuados para su mejor aprendizaje y no convertir en un tema polémico el pago de esa "cuota escolar" si todos contribuimos con la parte que nos corresponde.