Perder el empleo es estresante, pero en tiempos del Covid-19 se hace más angustioso, sobre todo por lo complejo que es encontrar un trabajo, y lo peor, entre más tiempo se demore en hallarlo, las perspectivas salariales son menores, coinciden expertos.
En 2018, más de una tercera parte (35 por ciento) de los desocupados consideraba difícil conseguir una vacante. Para 2019 la cifra aumentó a casi la mitad (45 por ciento), de acuerdo con una encuesta realizada por Laureate México.
Para este año se calcula que la proporción oscile entre 55 y 65 por ciento, lo que evidencia que la dificultad de obtener empleo no era nuevo, pero se agudizó con la pandemia, dijo la especialista en recursos humanos y desarrollo de carrera, Ivonne Vargas.
"La percepción de dificultad para contratar crece con el tiempo, más gente buscando trabajo y menos oferta de empleos formales, con prestaciones mínimas de ley, genera que el sentimiento de colocarse en un buen puesto disminuya, sobre todo entre jóvenes", agregó.
En abril pasado, las medidas de confinamiento para contener los contagios por el Covid-19 sacaron del mercado laboral a 12.5 millones de personas que quieren volver a trabajar. Hasta junio pasado regresaron cinco millones; el resto llevaba hasta ese momento tres meses en espera o en la búsqueda de un empleo, sin fecha para regresar a la vida laboral.
Antes de la pandemia, en promedio una persona capacitada podía demorar tres meses para hallar empleo; hoy puede ser de cuatro a seis meses, pero una persona sin las habilidades puede tardar seis meses o más, dijo Tania Arita, gerente de reclutamiento de ManpowerGroup.
Esto se debe a que las personas sin capacitación están en la base de la pirámide del mercado laboral, en la que hay competencia, por lo que se hace problemático salir seleccionado.