Elena Poniatowska, la princesa de las letras

Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor es una escritora excepcional y una mujer suigeneris. Defensora de causas y provocadora de efectos, pudiendo haber vivido en cualquier país de sus ancestros - Francia, Polonia, Rusia o Estados Unidos- decidió quedarse en México y desde aquí consolidarse como la mejor escritora viva de nuestro país.

Aunque nuestra Elenita nació en Paris y por sus venas corre sangre de la realeza europea, no le quita el sueño haberle hecho el feo a su título de princesa en Polonia y como una más se ha sumado a cualquier cantidad de causas donde impere la desigualdad, la pobreza o la injusticia.

Leal a su espíritu humanista y sin importarle la reacción del poder en turno, lo mismo dio voz y puso por delante su condición de intelectual ante la masacre de los estudiantes el 2 de octubre del 68 en su obra máxima "La noche de Tlatelolco"; que justificó y defendió el movimiento armado del Ejercito Zapatista en el Chiapas de la prosperidad salinista del primero de enero de 1994.

Por otra parte, su congruencia al expresar sus ideas políticas y sociales esta exenta de cualquier debate o duda. Para nadie es un secreto su valiosísimo respaldo y exaltación de las causas de las mujeres las cuales ha refrendado en algunas de sus obras como Tinísima, Leonora, Hasta no verte Jesús mío o Las siete cabritas. Esta congruencia por la lucha de generó se vio claramente reflejada cuando celebró con júbilo la candidatura presidencial de Teresita de Jesús una mujer, huave, indígena y zapatista en el no tan lejano dos de noviembre de 2016.

Dueña de sus ideas y filiaciones partidistas, en 2006 reunió a un grupo de intelectuales de gran peso para respaldar la postulación del aquel entonces candidato presidencial de las izquierdas. Fiel a sus principios, doce años después volvió a manifestarse abiertamente en favor del ahora Presidente López Obrador.

De hecho, una de las dos veces que he podido estar cerca de Elenita fue precisamente de vecinos en la fila para ingresar al claustro de Sor Juana a la presentación de la plataforma cultural que proponía el Movimiento de Regeneración Nacional. Ella sonriente y platicadora a sus ochenta y tantos, yo, agradado de compartir por unos instantes el espacio con la autora de "Leonora" uno de mis libros favoritos.

En ese entonces todo el medio cultural quería una foto con ella y muchos apostaban que Poniatowska jugaría un papel preponderante de resultar electo Andrés Manuel, todos perdieron y Elenita no se incorporó al Gobierno de la 4T; lo que le ha permitido señalar algunas pifias del propio presidente: "No hubiera hecho nunca la división entre fifís y no fifís, porque finalmente soy superfifí, fifisísima" declararía a finales de 2019 a un periódico nacional

A la Princesa de las letras le han otorgado el doctorado honoris causa catorce universidades de México y el extranjero. Por su labor literaria ha recibido tantas condecoraciones, medallas y nombramientos que cualquier general se quedaría perplejo.

Su estilo único al escribir y su "polifonía testimonial" la hace distinta a otros.

Nadie como ella le ha dado un uso y un colorido a la voz que extrae de cada persona que entrevista o con la que conversa; nadie como ella ha hecho resaltar la vida cotidiana de manera tan elocuente poniéndola así en los máximos escenarios de la literatura. Elena es la única mujer mexicana que ha ganado el premio Cervantes estando a la par de autores como Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Camilo José Cela o José Emilio Pacheco quienes también lo obtuvieron.

Vivaz conversadora, oradora polémica, analista sagaz y sobre todo dueña de un comportamiento congruente e intachable. Así es, Elena Poniatowska.