Obesidad infantil

El sobrepeso y la obesidad infantil frecuentemente se considera como un estado transitorio o incluso propio de los primeros años de vida, pasando inadvertido por sus padres o personas que están a cargo de su salud.

Según datos sobre obesidad infantil, en los pasados diez años ha habido un aumento dramático en su incidencia. En México, las encuestas demuestran que la obesidad en niños de entre 5 y 11 años aumentaron casi 40%. Según la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2018), el 35.6% de los niños mexicanos en edad escolar padecen de obesidad o sobrepeso.

Dentro de las causas más frecuentes de sobrepeso y obesidad infantil se encuentran las variaciones genéticas que aumentan la susceptibilidad a padecerla, desajuste en el balance de ingesta-gasto calórico, falta de actividades deportivas y la realización de actividades sedentarias por más de tres horas al día.

Es necesario entender a la obesidad como una enfermedad crónica, progresiva y no reversible por sí misma. El exceso de producción de insulina pueda ocasionar resistencia a la insulina teniendo como enfermedades secundarias la alteración de niveles de glucosa en sangre, en los lípidos circulantes que favorecen la acumulación de grasa en las arterias, problemas respiratorios, depósito anormal de grasa en el hígado, alteraciones ortopédicas y enfermedades en la piel causada por la sudoración característica del exceso de grasa corporal.

Es necesario establecer estrategias que ayuden a prevenir esta enfermedad. Reconocer la obesidad como una enfermedad puede ser el primer paso para prevenirla. Así mismo, educar a la población para llevar un estilo de vida saludable mediante una dieta adecuada, reducción de actividades sedentarias y la realización de ejercicio diario. Dichas estrategias deberán de incorporar cambios en el sector educativo, político, empresarial y médico para lograr su éxito.