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El reto de comunicar informando de frente a un proceso electoral

Columnista invitado

MARÍA CRISTINA DE GUADALUPE CAMPOS ZAVALA

La actividad electoral no se detiene, en octubre hay elecciones locales en Hidalgo y Coahuila; el proceso federal acaba de iniciar y en noviembre arrancamos con el local. Esto trae de la mano la generación de noticias, el intercambio de comentarios, la obligación de difundir y transparentar actos ponderando el derecho de todo ciudadano de acceder a la información.

Temas como la participación de los partidos políticos, incluyendo al recién registrado Partido Encuentro Solidario; el principio de paridad en todo; la reforma del 13 de abril que pone sobre la mesa respuestas a posibles actos de violencia política de género garantizando una adecuada atención a las denuncias presentadas; así como la inclusión de grupos vulnerables, sin lugar a dudas se suman al seguimiento puntual que de las actividades de los órganos electorales, campañas y candidatos hacen los medios de comunicación colocándolos frente los ojos atentos de la ciudadanía .

Hasta hace algunos años, la actividad político-electoral se efectuaba únicamente en mítines, recorridos y reuniones, es decir, contacto directo con el electorado, las llamadas telefónicas y el apogeo de los espacios en radio y televisión, fueron decisivos en los procesos electorales del pasado. Mención especial para los medios escritos que han estado siempre presentes, ya sea en forma impresa o en su transición a las versiones digitales. El modelo de comunicación política para el proceso electoral concurrente 2020-2021 que inicia en medio de una pandemia con la apuesta por la sana distancia y restricciones a las reuniones presenciales, trae consigo un auge en el uso de internet y consecuentemente en los canales de comunicación de ida y vuelta denominados redes sociales. Esto significa que se han potencializado los alcances de la comunicación con el libre intercambio de opiniones. Hoy tenemos espacios de opinión, barras informativas, espacios noticiosos con la inmediatez de un clic. Pero no todo es miel sobre hojuelas, se han generado también áreas de oportunidad importantes: primero, no toda la población tiene internet a la mano; segundo, el acceso a la información es tan abierto que no todos alcanzan a procesarla, es decir mayor información no significa necesariamente mayor conocimiento; por último, identidades falsas en las que no se tiene claro quienes participan ni cuál es la intencionalidad de sus mensajes.

Las autoridades electorales y los actores políticos debemos asumir el compromiso de garantizar el derecho a la libertad de expresión bajo la primicia de que la democracia debe ser transparente. Buscar el empoderamiento ciudadano abriendo canales de comunicación que permitan garantizar los derechos políticos de todos cumpliendo con los propósitos informativos de orientación social. Al respecto se han pronunciado recientemente el presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova y la presidenta de la Comisión sobre elecciones y democracia en la era digital de la Fundación Kofi Annan, asegurando que se debe garantizar los derechos de todos, adoptar tecnologías sin dejar de lado la integridad electoral y la calidad de la democracia.

Tener presente que en el sistema jurídico mexicano la libertad de expresión interactúa con diversos derechos, principios y valores constitucionales, los cuales fijan alcances o los delimitan, así podemos mencionar el principio constitucional de equidad, el derecho humano a la honra e imagen, principio de equidad constitucional, y aquellos que tienen que ver con la defensa del interés superior del menor, por citar algunos.

Las reformas electorales en materia de comunicación política son un tema inacabado, la dinámica social y el auge de las plataformas en internet han generado un mecanismo de comunicación más directo, veloz y poco regulado. Uno de los grandes desafíos de esta contienda electoral en la era digital será el de asegurar que la información llegue a todos con oportunidad y veracidad.

María Cristina de Guadalupe Campos Zavala

Consejera Electoral

Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Durango

Escrito en: Columnista invitado comunicación, electoral, política, espacios

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