Ya deberíamos estar acostumbrados a que todas las semanas se acumulen conflictos y desacuerdos en el espacio político. Sin embargo, en los días pasados al menos cuatro ejemplos relevantes han escalado con expresiones muy fuertes y llevan a considerar un agravamiento de los problemas. Hay un cambio en el tono de las narrativas que ha vuelto más estridente la vida pública del país.
1.- ¿Debate o insultos? El espacio mediático se ha vuelto un factor de alta confrontación. No hay novedad porque en muchas mañaneras AMLO hace crítica de sus adversarios y de la prensa. El diario Reforma es su preferido; algunas veces también le ha tocado a El Universal; ahora exhibieron las cuentas que gastó el gobierno en publicidad y otros servicios entre 2006 y 2018 en las revistas Nexos y Letras Libres, como si fuera un delito. AMLO volvió a insultar a Reforma, pero en un tono mucho más despectivo lo llamó: "pasquín inmundo", "hampa del periodismo", "boletín del conservadurismo". Muy grave.
2.- ¿Qué hacer con las víctimas de la violencia? Cerca de Palacio Nacional fue tomada la Comisión Nacional de Derechos Humanos por un grupo de madres de víctimas de feminicidios y violencia. El conflicto estalló como una expresión de hartazgo frente a esas tragedias que no han encontrado respuesta eficaz y justicia. Los colectivos de mujeres pintarrajearon varios cuadros de personajes históricos, como un simbolismo ante los comentarios de AMLO de que no estaba de acuerdo con este tipo de acciones. Este conflicto ya se ha encaminado a través de gobernación; sin embargo, en un acto espejo, unos días después un grupo de mujeres tomó las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos en el Estado de México en el municipio de Ecatepec, pero fueron desalojadas de forma violenta por la policía.
3.- ¿Se descompone la relación entre el centro y las regiones? Diez gobernadores de oposición decidieron romper con la Conago, como una protesta porque esta instancia supuestamente ha dejado de ser un foro útil de interlocución con el gobierno federal. Este grupo tiene como agenda ser un contrapeso al presidente de la República y plantean otro tipo de relación entre gobiernos estatales y ejecutivo federal, para rehacer, en primer lugar, el pacto fiscal.
4.- ¿De quién es el agua y cómo se administra? En Chihuahua, un conflicto que lleva meses por un viejo tratado de 1944 sobre aguas internacionales entre México y Estados Unidos, ha cambiado de nivel porque ya llegó la sangre al río. Jessica Silva, una joven agricultora, fue asesinada -supuestamente- a manos de la Guardia Nacional. Los agricultores de la región agrícola centro-sur de Chihuahua han protestado por la extracción del agua para cumplir con las cuotas del tratado. La complejidad del problema abarca desde las condiciones de sequía, las necesidades de agua para el ciclo agrícola de este año y del 2021, la protesta de los agricultores, las diferencias entre Conagua y las autoridades locales, hasta la confrontación entre el gobernador Corral y AMLO. Un conflicto altamente politizado que necesita una solución de consenso. ¿Será posible?
Estos casos ejemplifican la enorme polarización que hay en el país y el clima de confrontación que se genera desde el atril del poder presidencial. Al mismo tiempo, se puede observar la rabia de las víctimas como una consecuencia de la violencia y de la falta de resultados gubernamentales. Problemas reales, como el del agua, muestran cómo la ineficiencia y la falta de atención gubernamental cobran vidas. Sí ha cambiado el tono y se ha elevado la confrontación, a tal grado que ha perdido la política y han ganado las violencias y las rupturas. ¿Hasta dónde?
Investigador del CIESAS
@AzizNassif