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¿Cuántos seres queridos vamos a perder?

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¿Cuántos seres queridos vamos a perder?

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VERÓNICA TERRONES

Esto es serio, tómenlo en serio, desde la II Guerra Mundial, no ha habido en nuestro país un desafío que dependa tanto de nuestra actuación común y solidaria. Somos un democracia, no viviremos del sometimiento, sino del conocimiento compartido y la participación. Esta es una tarea histórica y sólo se puede llevar a cabo juntos, estoy absolutamente segura que superaremos la crisis pero ¿cuántas personas morirán? ¿Cuántos seres queridos vamos a perder?

Este es un extracto del magnífico discurso con que la canciller Angela Merkel informa a su nación de la propagación de un nuevo virus que amenazaba al mundo entero.

La primera vez que lo escuché, la última frase que aquí reproduzco caló hondo en mis sentidos, pero, como muchos, pensé que se trataba de una exageración; después de todo, transcurría el mes de marzo y la enfermedad registraba los primeros casos en México.

En Durango había muerto una persona pero se trataba claramente de un paciente importado que había llegado ya enfermo al estado; además, teníamos apenas 15 casos, la cuenta era lenta y el foco rojo estaba muy alejado.

Sin embargo, el virus ha golpeado a México con la peor estadística de muertos y un escenario que en los primeros meses se pensaba imposible, catastrófico si se llegaba a los 60 mil muertos. La cifra rebasada por mucho comienza a ser para la mayoría simple estadística, hasta que se pierde a un ser querido.

Tenía razón la Canciller: nada ni nadie está a salvo. Las respuestas a sus preguntas hoy son escalofriantes; muchos han muertos y hemos perdido a seres queridos.

Se murió Rubén López; no conozco a ninguna persona del gremio que no lo haya lamentado. Es más, muchos nos negábamos a aceptar que el famoso "Tiro Loco" hubiera finalmente perdido una batalla, después de la tremenda pelea que dio y que en más de una ocasión nos hizo albergar la esperanza de que la iba a librar.

Rubén no solo fue un compañero de trabajo: era, en realidad, un gran amigo, de esos con los sabes que siempre podrás contar que parecía bendecido con el mejor estado de ánimo y dispuesto a contagiarlo a los demás.

Su muerte es un recordatorio triste de que esto no ha parado y que Durango está viviendo tiempos difíciles. El Covid está en medio de nosotros y las noticias de contagio tocan cada vez a un mayor número de de familiares y amigos.

La triste noticia de la muerte de una Jefa de Enfermeras y el Administrador de un hospital en Gómez Palacio enlutan nuevamente a la comunidad médica y nos hacen preguntarnos ¿cuándo va a terminar? Y no hay respuesta.

Solo nos queda esperar mantener la distancia, encontrar nuevas formas de apoyarnos en la familia y en el trabajo que no implique cercanía alguna. La prohibición que a veces parece apocalíptica de que los abuelos no podrán reunirse con sus nietos deberá continuar.

La humanidad entera tendrá que esperar. No hay vacuna por lo pronto y vaya tiempos que nos tocó vivir. A Rubén mi agradecimiento siempre por su amistad, por las bromas, las anécdotas y la oportunidad de conocer a una espléndida persona.

También le agradezco el subcampeonato que ganamos en un torneo de dominó organizado para unos festejos de la Libertad de Expresión.

A los demás, un simple recordatorio de que la emergencia no ha terminado; el virus llegó para quedarse y somos nosotros los que tendremos que mutar a nuevas formas de convivencia social.

Escrito en: Con Razón seres, virus, nuevas, vamos

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