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LETRAS DURANGUEÑAS

Oración por mi ciudad

Rafael Hernández Piedra

Irás creciendo, Ciudad,

-trampolín de acero a la luna-.

Irás creciendo,

lo quiere el cielo

-espacio lleno de violetas,

planchas de oro,

humo de fábricas o cigarros

o pájaros zigzagueantes

a 300,000 Kms. por segundo,

radio o aviones,

surcos en el cielo,

pensamientos o pedazos de hierro-.

Irás creciendo, Ciudad, esbelta como tú;

nacida de la tierra

y venida a mis labios

como tú;

roja

como yo, estrafalarios y audaz;

apretada de todos los círculos concéntricos,

células y neuronas;

apretada de todos los hombres

que pesan en el cielo,

se hunden en el agua

y naufragan en la tierra.

Irás creciendo,

lo quiero yo,

tú,

el viento,

que trae el ruido de las muchedumbres

hasta el corazón,

lo queremos nosotros

a quienes nos corre por dentro

una angustia de trenes desbocados,

lo quieren los asesinos,

lo quieren las heridas,

los remordimientos,

los cementerios.

Irás creciendo,

lo sé, porque yo, inmóvil, aquí,

lo quiero,

porque soy una parte tuya,

formo parte de tu polvo,

de tu valle,

de la tierra que es tuya y es mía;

soy una prolongación de tus venas, de tus calles,

de tus pesares,

de tus alegrías,

de tus dolores.

Y vas naciendo en mis ojos,

nueva

como las mañanas en las manos rojas.

Necesitamos

que nazcas cada día,

y cada noche,

y cada tarde

para que los muertos

no te amen, ni te comprendan.

Y siento ya,

que tus formas dormidas,

virginales -al beso y al esfuerzo-

han despertado

al golpe rudo

de mis pensamientos,

que son tus pensamientos

Rafael Hernández Piedra

(abogado y escritor del

siglo XX duranguense)

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS cada, creciendo, lo, creciendo,, quieren

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