Muy divididos, en medio de una pandemia
Por donde lo veamos, en México existe un gran ambiente de polarización donde pareciera no haber medias tintas. O estás con unos o estás en contra de otros. Así de sencillo. Justo en una crisis sanitaria en donde deberíamos estar más unidos como país, pareciera que hacemos todo lo contrario.
Temas como ejemplo hay bastantes. El principal, desde luego, el político. A más de dos años de haber arrasado en las urnas, hoy el Presidente de la República pareciera seguir en campaña, atado al pasado en lugar de ver al futuro, atacando a sus críticos y promoviendo una división todas las mañanas, desde su "homilía" en Palacio Nacional.
Por lo menos López Obrador ha sido claro públicamente y no ha evadido el tema: El que no está con él es un "conservador", alguien que está en contra de la "Cuarta Transformación". No importan los argumentos o las razones. Para el líder político de México o eres blanco o eres negro. Lamentable.
Pero no es el único foco rojo social en este país. En la semana, a nivel nacional, vimos distintos movimientos de grupos de feministas que, independientemente de su lucha y argumentos, también demuestran que para ellas solo sus argumentos son válidos. Y aquel (o aquella) que esté en contra de ellas, es su "enemigo".
Afortunadamente aún estamos lejos de la radicalización de las protestas como sucedió en la Ciudad de México, pero me llamó poderosamente la atención los comentarios que dejaron algunos seguidores (principalmente mujeres) en la transmisión que realizó El Siglo de Durango en Facebook sobre los grupos Proaborto que se manifestaron en el Centro Histórico.
Insultos, amenazas, descalificaciones y calificativos entre ellas que no aportaban nada al debate del tema central: la despenalización del aborto en Durango. Para quienes tuvieron el tiempo de opinar públicamente, lo importante era dejar en claro que el otro "bando" estaba mal, por así decirlo, sin cifras, sin pruebas, sin argumentos cívicos. Como si el insulto fuera lo único importante para debatir. Muy triste.
Y así podemos seguir con otros temas: Los "fifís" y los "chairos"; la "prensa conservadora" y la Presidencia; los que arriesgan su vida todos los días laborando en el sector salud y aquellos no les importa y exigen sus libertades para no estar "encerrados"; las víctimas de delitos y las autoridades que politizan el tema, etc, etc.
Algunos de los países más afectados por la pandemia del Covid-19 han sido enfáticos en realizar un llamado de unidad para tratar de salir adelante, buscando dejar a un lado sus diferencias, aunque sea solo por un tiempo, pues de lo contrario saben que se seguirán perdiendo miles de víctimas.
En México lamentablemente no se ve por donde pudiera venir ese llamado de unidad. Menos de quién lo pudiera hacer. Y si ni siquiera los más de 76 mil 600 decesos ni los más de 734 mil contagios en el país por una pandemia que ha cimbrado al mundo es capaz de obligarnos a dejar a un lado nuestras diferencias, nada lo hará. Y eso es realmente preocupante.
Que lejos pareciera haber quedado ese sentimiento nacionalista tras los sismos de septiembre de 2017, que despertaron los mejores sentimientos del mexicano al reaccionar a una tragedia. Hoy estamos llorando las pérdidas humanas del Covid-19, sorteando los estragos de la muy debilitada economía local, lidiando con las consecuencias de la inseguridad que esto acarrea y rezando para que los pronósticos de más problemas por rebrotes de Coronavirus y temporada de influenza no nos afecten más.
Hoy, en lugar de una vez más unirnos con el puño arriba en solidaridad con los más afectados, los más desprotegidos antes esta "nueva normalidad", parece que los mexicanos estamos más ocupados en pelear con el prójimo, en lugar de tratar de ayudarnos... ¿o usted qué opina?
Twitter: @jperezarellano