Ámbito de la seguridad nacional
La seguridad nacional como custodio de los objetivos nacionales establecidos en nuestra Carta Constitutiva que nos dan permanencia, estabilidad y desarrollo en la relación entre pueblo y gobierno, sujetos a un orden jurídico, en un territorio que debe ser inalterable:
Se encarga de identificar y proteger de los riesgos y amenazas, garantizando la supervivencia, convivencia y bienestar de sus ciudadanos.
El Gobierno, para cumplir con su tarea, debe construir y operar una estructura orgánica gubernamental que funcione y de resultados positivos, sin importar el cuerpo de creencias que prevalezca en la cúpula, o la semántica que se maneje, considerando atender:
Una vertiente Interior, con su orden interno, que implica la firmeza del Gobierno para legitimar su régimen; solidez de las instituciones y probidad de los funcionarios; una paz social expresada por la tranquilidad y "avenencia" social.
Una seguridad pública, capaz de mantener el imperio de la ley, garantizar la integridad física y patrimonial de "todos" los ciudadanos, salvaguardando sus libertades; conservando el orden público con acciones de policía, justicia y buen gobierno.
Protección Civil que contemple calamidades originadas tanto por el hombre como naturales, que prevenga y atienda "oportunamente" desastres, hidrometeorológicos, geológicos, químicos, sanitarios y los que se prevean o se presenten.
Proteger la calidad del territorio mediante: la conservación de la tierra; disponibilidad del agua suficiente y de calidad, con capacidad para ser distribuida en beneficio de "toda" la población; conservar la limpieza del aire; y la preservación de la vida mediante la atención de la biodiversidad y los ecosistemas.
La vertiente exterior atiende la soberanía nacional, que implica la integridad e inviolabilidad del territorio, la autodeterminación y la no intervención en nuestros asuntos internos; la lucha permanente por la paz y seguridad internacional, el orden jurídico, tanto bilateral como multilateral, el esfuerzo nacional y global por la vigencia del derecho internacional y la solución pacífica de controversias, particularmente la lucha por el desarme; la pugna por preservar la habitabilidad del mundo, atendiendo la tierra, el agua y el aire, preservando la atmósfera y la vida; el acceso al espacio exterior para su conocimiento, su uso pacífico y su explotación.
Estos temas son afectados por múltiples factores, requiriendo tener en cuenta la intervención de diversas instancias estatales, e instituciones especializadas en el o los casos de que se trate, que dispongan de personal con el entendimiento y experiencia para su atención, quienes en un esfuerzo de colaboración, cooperación y suma de voluntades deben obtener resultados exitosos.
En nuestro devenir histórico, construimos un país de leyes, con un sistema de Instituciones interrelacionadas; la etapa que surgió de la Revolución armada costó mucha sangre de mexicanos, superando crisis recurrentes con modificaciones y actualizaciones puntuales, que se analizaron conjugando el conocimiento especializado y las vivencias experimentadas.
Nuestro constitucional Sistema de Planeación Nacional es puntual al señalar las formas y los modos.
En la actual administración, se ha visualizado la desigualdad económica como una pugna entre clases sociales; se le han dado esperanzas a un sector por años olvidado; se intenta universalizar el apoyo a adultos mayores, insistiendo verbalmente que los empresarios no deben tener la última palabra en términos de gobierno; han demostrado que los presidentes no deben ser intocables.
Por otra parte:
Se dejó sin empleo a mucha gente, el sistema de salud se fracturó, la economía está en crisis, la política agrede libertades, origina divisiones, la delincuencia impacta sociedad y Gobierno.
Nuestro país vive una creciente confrontación en la sociedad y el soporte económico no presenta solidez ni continuidad viable, al estar acabando con la liquidez heredada sin generar riqueza.
Es imperativo el acceso de verdaderos especialistas a la Administración Publica: que conozcan, investiguen, analicen, construyan elementos de juicio sustentados, decidan, preparen, dirijan, supervisen y evalúen los avances en los resultados parciales, corrijan y sigan dirigiendo, en una dinámica constante.
Gobernar y mandar NO es sencillo; la responsabilidad de los destinos de millones de individuos, con familias y en comunidades, demanda instituciones con especialistas.
No es posible abstraerse y encerrarse en una cápsula a repetir monólogos y pensar que todos los temas funcionan bien, cuando lo evidente señala lo contrario.