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ARMANDO FUENTES AGUIRRE

En ocasiones Diosito se distrae y no nos da la lluvia.

Se agosta el campo, entonces, y nosotros nos agostamos con él. Los pinos en el bosque, verdinegros antes, están ahora grises por el polvo. El cielo se ve triste sin la sonrisa de las nubes. Paso por el corral y los animales -el viejo caballo, la amorosa vaca, el borrico de Job- me miran como preguntándome: "¿Qué pasa?".

Nada les puedo contestar. No sé qué pasa. Ya hablé de esto con Nuestra Señora de la Luz, la patrona del rancho, pero ella tampoco sabe qué sucede. Vuelve la mirada hacia su hijo. Está distraído, ya lo dije, y no la ve.

Lo único que podemos hacer es esperar. Siempre hemos esperado. Diosito recordará de pronto que existimos y hará que San Pedro y San Isidro Labrador abran los grifos celestiales. Entonces nos llegará la lluvia. Pondremos en la tierra la semilla, y eso será como poner sobre la mesa el pan.

Daremos gracias a Dios, y nos olvidaremos de los meses en que nos olvidó.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador Diosito, ocasiones, existimos, pronto

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