Avellanas, fuente de antioxidantes
Las avellanas pueden resultar muy calóricas, por lo que conviene comerlas con moderación. Esto se debe sobre todo a su riqueza en grasas (65%), pero son muy saludables y se acompañan de muchos otros nutrientes indispensables para la salud.
MUY RICAS EN ÁCIDO OLEICO
Entre las grasas de las avellanas predominan las monoinsaturadas, especialmente el ácido oleico, como ocurre con el aceite de oliva. También contiene grasas poliinsaturadas, como el ácido linoleico.
ABUNDAN EN ANTIOXIDANTES
Destaca la presencia de vitamina E, así como en fitonutrientes: fitoesteroles (especialmente betasitosterol) y protoantocianidinas.
Una ración de 30 gramos de avellanas proporciona el 67% de la vitamina E que se precisa al día.
CON MUCHOS MINERALES
Son una buena fuente de minerales como calcio, fósforo y magnesio, indispensables para el crecimiento, así como de manganeso.
Las avellanas son, además de un tentempié sabroso y energético, una gran fuente de nutrientes y buenas aliadas de la salud.
SON AMIGAS DEL CORAZÓN
Las grasas de la avellana son en su mayor parte monoinsaturadas -principalmente ácido oleico- y poliinsaturadas, con un beneficioso efecto cardioprotector pues favorecen el equilibrio en los niveles de colesterol HDL (bueno) y LDL (malo).
Varios nutrientes presentes en la avellana contribuyen a mantener la salud cardiovascular. Por ejemplo, las proteínas, de muy buena calidad, contienen una elevada proporción de arginina, un aminoácido que contribuye al buen funcionamiento del sistema cardiovascular.
La acción antioxidante de la vitamina E y los fitoesteroles mantienen la elasticidad y el buen estado de los vasos sanguíneos.
A DETALLE
ESTRÉS
Sus vitaminas y minerales ayudan al equilibrio del sistema nervioso.
ESTREÑIMIENTO
Contribuyen a regular el tránsito intestinal por su alto contenido en fibra vegetal.
HIPERCOLESTEROLEMIA
Sus ácidos grasos elevan el buen colesterol HDL y reducen el LDL o «malo».