Cuidemos el agua; aún estamos a tiempo
De acuerdo a lo establecido por la Comisión Nacional del Agua, en la mayor parte del estado no llueve desde septiembre del año pasado y, en el mejor de los casos, así seguirá hasta principios de junio.
Esta falta de precipitaciones genera un grave problema en la entidad pues pone en aprietos a los productores agrícolas, ganaderos y demás sectores productivos. Incluso, algunos núcleos poblacionales se quedan sin agua como es el caso de El Salto, Pueblo Nuevo, ya que su principal fuente de abastecimiento es la presa La Rosilla, la cual en estos momentos está al menos de 25 por ciento de su capacidad. De manera que no habrá más remedio que abastecerse con pipas y recurrir al almacenamiento en botes, cubetas o las tradicionales piletas.
En Durango, en más de una ocasión hemos enfrentado temporadas severas de estiaje; quizás la crisis más fuerte de la época reciente fue la ocurrida hace unos 10 años, cuando, tras un largo periodo sin lluvia, la zona boscosa colapsó ante los insectos descortezadores que se convirtieron en una despiadada plaga que arrasó con los débiles árboles. Esto generó un fuerte impacto ecológico, pero también económico para los productores forestales. Ahora, el invierno 2020-2021 registró muy poca humedad, lo que a su vez dará pie a una complicada temporada de incendios forestales, como ya se informa en algunas otras partes del país.
El Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) informó que de acuerdo a los parámetros del programa Aqueduct, hay 17 países que presentan 'extremo estrés hídrico', es decir, gastan 80 por ciento o más de su agua. Y México se encuentra en el lugar número 24 de 164 naciones estudiadas, por lo que está en el rango de 'alto estrés hídrico'.
Para medir el "estrés hídrico" se da una calificación de 1 a 5 donde el 5, es la situación más crítica. Según estos parámetros, Durango tiene una calificación de 3.02 y se ubica en el lugar 23 de las 32 entidades federativas. Es cuestión de tiempo para que empiecen a acrecentarse los problemas por el desabasto del vital líquido; eso lo sabemos y ya lo hemos escuchado en reiteradas ocasiones, pero aún nos falta mucha conciencia para su cuidado y correcta administración, además de infraestructura para su almacenamiento.
Esperemos que el fenómeno de La Niña sea benévolo en este año y que las lluvias lleguen sin retrasos; mientras tanto, a corto plazo preparémonos, población y autoridades, cada uno desde nuestra trinchera, a enfrentar una severa temporada de estiaje. Pongamos especial atención en el cuidado del agua, aún estamos a tiempo.
PUNTO Y APARTE.- Las estadísticas oficiales indican que los casos de Covid-19 han disminuido drásticamente en las últimas semanas e incluso hasta ya hay ilusiones de cambiar al semáforo verde.
Mientras vemos cómo las medidas de prevención se relajan y la gente regresa a sus actividades cotidianas abarrotando lo mismo centros comerciales que parques o gimnasios, y otros tantos se preparan para irse a vacacionar en Semana Santa, en Italia anuncian el regreso al confinamiento para contener la tercera ola de la pandemia.
Por desgracia, no hemos aprendido de las experiencias en otros países y el manejo de la pandemia sigue bajo el mismo deficiente liderazgo. Las vacunas llegan a cuentagotas y la estrategia para su aplicación ha sido un fiasco. Ojalá no paguemos demasiado caro este descuido.
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