Los crono-retratos de Alejandro, Denisse y Santiago

Mi gran amigo Alejandro Franco nació un 23 de abril a las siete de la mañana y mi gran amiga Denisse Noriega nació un 30 de abril a las once de la noche. Cumplen años con siete días de diferencia y se conocieron fluyendo por la infalible teoría de los Siete Grados de Separación.

Para celebrar sus respectivos natalicios en el convulso 2020 realicé para ellos sus correspondientes Crono-Retratos.

Estas obras consisten en un collage integrado por una fotografía tomada cada minuto de las 24 horas que conforman el día entero de su nacimiento.

El núcleo gravitacional de los Crono-Retratos está conformado por manecillas, que retratadas 1,440 veces a la vez, fungen como brújulas.

En el caso de Alejandro son dos manecillas de acero inoxidable que asemejan naves que surcan océanos y/o cielos y que por su amor a la música y su enorme talento para generarla y diseminarla en todas las formas posibles e imposibles me remiten a la canción "Moaner" de Underworld donde Karl Hyde nos describe un sitio donde "las paredes de metal negro se arrastran como las sombras en la evolución de la oscuridad" para declarar con firme convicción: "I am Stainless!". La sucesión de imágenes de su Crono-Retrato constituye una partitura confeccionada específicamente para su espíritu que suplica ser interpretada musicalmente por él.

Para el Crono-Retrato de Denisse elegí tres manecillas de colores pasteles que asemejan electrizantes neones que inmediatamente nos trasladan a la década de los ochenta. Manecillas pintadas para evocar a una pintora consumada que se inscribe en la tradición de mujeres artistas que con talento, sensibilidad e inteligencia transformaron sus realidades como Toni Halliday quien cantó con su banda Curve en la inolvidable melodía "The Colour Hurt": En esta última bocanada de pecados, el color hiere".Nada más halagador para mi obra que provocar una pintura de Denisse.

Sumadas las 2,880 fotos de los respectivos Crono-Retratos de Denisse Noriega y Alejandro Franco obtuvimos una tercera obra que intitulamos: "Denissalejandro Francoriega". Esta imagen final se convierte en una potente conjunción que invoca y recuerda las mezclas e imposibles combinaciones del pintor Mark Rothko y encarna el poético hilo de palabras concatenadas por Cerati: "Juntos somos como un Templo". Sus Crono-Retratos fusionados lo confirman:En efecto Denisse y Alejandro juntos son como un Templo.

Por otro lado, un cuatro de octubre a las 7:30 de la mañana llegó a este mundo mi querido Santiago Espinosa de los Monteros.

Al Maestro de Maestros, como le digo respetuosamente, tuve el gusto de conocerlo hace veinte años en la ciudad de Durango. Su generosidad e inteligencia han sido cruciales para mi desarrollo en el feroz mundo de las artes plásticas.

En el año más bizarro de nuestras vidas, el ya infame 2020, me tomé la libertad de comenzar, a partir de las 7:30 am, a tomar una foto de cada hora de las 24 horas que conformaron el domingo cuatro de octubre. 1,440 fotos cayeron como una nutrida cascada de pixeles a mi computadora y a partir de estas ensamblé un collage cuadrado que nos permite observar el día completo del cumpleaños de Santiago en un golpe de vista. Se inscribe esta pieza en mi serie de Crono-Retratos: representaciones de amigos a través del día y la hora en que nacieron.

Al contemplar esta obra en su conjunto recordé, inmediatamente, la melodía "Fahrenheit Fair Enough" del dueto Telefon Tel Aviv. Esto debido a que dentro de su natural precisión matemática y el orden armónico que establece una gama de preponderantes azules, las tres manecillas al centro de todas las composiciones le otorgan una dimensión orgánica/mecánica que ofrece múltiples lecturas.

La amistad es fundamentalmente una larga conversación interrumpida por el tiempo y el espacio que ahora, en nuestro caso, se ha desdoblado, se ha expandido al terreno plástico donde 1,440 fotos dicen más que 1,440,000 palabras (ateniéndonos al clásico adagio de "una imagen dice más que mil palabras").

A partir de hoy, mis imágenes dialogarán para siempre con mi admirado maestro Santiago Espinosa de los Monteros, inagotable conversador que ha encontrado en su Crono-Retrato su par.