Durango

bar belmont

Toño 'El Camote', un curador de almas

Toño 'El Camote', un curador de almas

Toño 'El Camote', un curador de almas

JORGE FERNÁNDEZ

Con más de 60 años de cantinero y una vida de trabajo se fue Juan Antonio Hernández a la edad de 81 años, luego de que fuera golpeado al interior de su domicilio en el Barrio de Analco, al parecer con el robo como móvil, aunque su situación era precaria.

Amante de los deportes y de gran humor “El Camote”, como le apodaban desde niño, esto debido al color de su piel, atendía cada tercer día la barra del bar Belmont de la capital duranguense. Siempre con una buena conversación desde la barra hacía un chascarrillo o una buena reflexión.

“Estamos en una nave en la que somos tripulantes, no somos navegantes. Son las manos de Dios”, le comentó apenas hace unas semanas a Gerardo Daniel, un actor que tenía en “Toño” a un amigo, más allá de la relación como cliente y barman.

“El Camote” era un experto de la barra, tantos años en el oficio lo constataban, la piedra o la sangrita eran la especialidad para levantar al más “crudo” de sus visitantes, siempre tenía la bebida adecuada para el estado físico o anímico de sus clientes.

“Toño” decía que conocía a más de medio Durango y a grandes personalidades que desfilaban por la cantina, comentaba: “aquí se le trata igual a todos, sean políticos o gente común, no hay diferencia para mi entre las personas”.

También platicaba ese rumor que se corrió de que Joaquín Guzmán una vez estuvo ahí y mandó cerrar la cantina y llevó unos músicos, decía: “eso no es cierto, pero yo sospecho que dos veces si vino y estuve platicando con él, venía solo y traía un maletín, estuvimos platicando un rato y se fue, me dijo que era negociante, ese día no había muchos clientes, ya hasta que se fue me di cuenta quien era, luego volvió, pero se quedó poco, llegaron por él”.

Más de mil historias se podían escuchar en la barra del Belmont, incluso hace como 10 años “El Camote” le andaba haciendo a la dirección técnica de un equipo de futbol infantil, donde jugaban sus nietos, en la colonia Primer Presidente. Él consiguió unas playeras para los niños y los llevaba al campo y ahí los dirigía.

Aunque contaba con familia, desde hace unos años vivía solo en el Barrio de Analco, de ahí que delincuentes se hayan aprovechado de esa situación para robarlo y terminar con su vida.

En sus últimos días “Toño” encontró en su celular a un aliado, pasaba horas leyendo sobre todos los temas y escuchando o viendo analistas políticos y científicos, aún así se tomaba el tiempo para mandar mensajes positivos a sus amigos a través del Messenger.

Por alguna extraña razón “El Camote” siempre tenía una palabra exacta para aliviar la tristeza de quien buscaba en la bebida un consuelo, él con su gran elocuencia tranquilizaba almas, regresaba a muchos a su casa con otra mentalidad, era un psicoanalista desarrollado por la vida misma.

Albures, chistes, historias, teorías de la conspiración, remedios caseros para el Covid, charlas de deportes, de cine y sobre todas las cosas un buen consejo se extrañarán en la barra más tradicional de Durango, la del Belmont.

Escrito en: bar belmont el belmont BELMONT EL CAMOTE camote barra, tenía, Camote”, siempre

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Durango

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas