Nosotros

PADRES E HIJOS

Urge reforzar los valores

Padres e hijos

Urge reforzar los valores

Urge reforzar los valores

IGNACIO ESPINOSA

En estos tiempos en los que muchos conflictos que se han generado dentro de la sociedad, e incluso que han repercutido contra el Gobierno en sus tres órdenes, tienen su origen en el mismo hogar, sería conveniente hacer un alto en el camino para reflexionar sobre la necesidad de reconocer que muchos de esos problemas no tendrían razón de ser si los padres de familia (ambos, mamá y papá) nos abocáramos a nuestra misión y responsabilidad de inculcar esos valores morales que son fundamentales para la sana convivencia, partiendo del respeto, uno de los más importantes.

Uno de los incidentes más recientes tuvo lugar en la Ciudad de México, concretamente, en el exterior de Palacio Nacional, donde un grupo de varios colectivos feministas protestó contra el Gobierno Federal por la desaparición de mujeres a las que, dijeron, las autoridades no han buscado para dar con su paradero, además de que le reclamaron al presidente Andrés Manuel López Obrador por lo que llamaron una nula atención a sus demandas.

Lo más significativo es que ese día -el lunes 29 de marzo- se llevaba a cabo un foro internacional sobre la igualdad de género, ocasión que aprovecharon las mujeres para llamar la atención del Gobierno Federal y que se les apoyara en la búsqueda de sus familiares, algunas de las cuales llevan años desaparecidas.

Al mismo tiempo, en otra parte de la Ciudad de México, específicamente en la sede de la Representación del Gobierno del Estado de Quintana Roo, otro grupo de mujeres se hizo presente para exigir justicia por la muerte de Victoria, una joven mujer salvadoreña que fue asesinada por policías municipales de la ciudad de Tulum, de la referida entidad federativa.

Conviene precisar que en este último caso se informó que ya estaban detenidos los agentes municipales que habían estado involucrados en la muerte de Victoria, e incluso se reveló que a raíz de ese escándalo el Director Municipal de Seguridad Pública de ese lugar tuvo que renunciar, presionado por la población y por sus superiores no sólo del Ayuntamiento, sino del Gobierno del Estado, que exigían que rodaran cabezas ante el evidente abuso de autoridad de los policías que se extralimitaron en sus funciones tras la detención de Victoria.

Los dos referidos incidentes, amable lector, tuvieron como denominador común la exigencia de la sociedad -concretamente, de mujeres, en su mayoría- para que no exista impunidad en hechos tan lamentables como la desaparición de féminas y la muerte de alguna de ellas de manos de la autoridad, que se supone tiene la obligación ya la responsabilidad de velar por nuestra seguridad para la protección de nuestra integridad física y de nuestros bienes patrimoniales.

Sin embargo, algo falló, algo no está funcionando adecuadamente no sólo en la actuación de nuestras autoridades, sino dentro de nuestros mismos hogares, ya que muchos no concebimos cómo un grupo de policías puede proceder con violencia tras la detención de una inofensiva y vulnerable mujer que ni siquiera opuso resistencia luego de que fue sometida por los agentes del "orden".

Esas actitudes de agresión no hacen más que reflejar la ausencia total de capacitación en temas tan elementales como los derechos humanos que, supuestamente, deben recibir quienes aspiran a formar parte de una corporación de Seguridad Pública, amén de otros rubros en los que los cadetes deben acreditar que están preparados para servir con respeto a la sociedad y actuar con firmeza cuando se requiera, como por ejemplo en la persecución de delincuentes verdaderamente peligrosos como los que se enrolan en los grupos del crimen organizado.

Sin embargo, ahora la triste realidad es que nos enteramos de que una joven mujer fue víctima de un grupo de policías municipales a los que "se les pasó la mano" tras detener a una fémina que se ganaba la vida como taxista en esa zona turística de Quintana Roo.

Afortunadamente, los policías ya fueron detenidos y se ejercitará acción penal en su contra por su probable participación en el delito de feminicidio, según lo dio a conocer la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo.

Esperamos, pues, que las autoridades actúen conforme a derecho y se proceda contra los responsables de la muerte de Victoria, una migrante salvadoreña que se encontraba en nuestro país en calidad de refugiada.

Luego del relato de los mencionados incidentes, en lo personal, me pregunto qué estamos haciendo mal como sociedad para contar con autoridades que, en lugar de protegernos, nos agreden con ese grado de violencia.

Considero que la raíz de ese tipo de acciones y actitudes tiene su origen en el hogar, donde los padres tenemos la ineludible misión de fomentar y practicar esos valores que nos convierten en seres humanos sensibles ante el dolor y ante cualquier suceso en el que nos podríamos involucrar.

Por ello, no me canso de preguntarme por qué los elementos de cuerpos de Seguridad Pública no actúan con más responsabilidad y criterio para detener y someter a cualquier persona que incurre en una falta administrativa o que comete un delito, sin necesidad de hacer uso excesivo de la fuerza.

Si esos agentes, o cualquiera que se desempeñe en alguna corporación pública, tuvieran bases firmes de valores morales que hubieran aprendido en el hogar, difícilmente abusarían de sus funciones y sólo se limitarían a cumplir con su deber, no obstante que en ocasiones tengan que actuar con cierto grado de agresividad cuando se trata de someter a delincuentes peligrosos.

La última pregunta para las autoridades: ¿dónde quedaron esas pruebas de control de confianza para mandar a las calles a esos elementos policiacos?

Escrito en: Padres e hijos esos, Gobierno, policías, grupo

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas