Nosotros

Cariñoterapia

Cariñoterapia

Cariñoterapia

VANESSA BARDÁN PUENTE

Y de repente la casa parece vacía... ¿Qué es ese vacío? los muebles, las macetas, los cuadros, todo parece en su lugar...pero cuando ya no está más ahí nuestra persona adorada, se siente como si faltara algo...La ausencia se siente porque su energía ha desaparecido y eso duele y se echa mucho de menos, sentimos y lamentamos la pérdida porque la muerte nos parece tan obscura y definitiva, pensamos que nunca mas lo vamos a volver a ver y eso duele, duele mucho.

Detrás del miedo a la muerte se esconden todos los miedos; al dolor, al sufrimiento, a la nada, a la oscuridad, a lo desconocido. Toda una cultura que llevamos a cuestas, transmitiéndola de generación en generación, y que, en lugar de ayudarnos a vivir, se recrea en atormentarnos con el miedo. Tenemos miedo porque nos han enseñado a tenerlo. Pero, ¿será justo que pasemos toda nuestra corta vida temiendo que algún día vamos a morir, cuando es algo inevitable e impredecible? cuando entendemos realmente lo que sucede en el proceso de la muerte, entonces ya no estamos tan tristes y tampoco sentimos tanto miedo de morir nosotros mismos.

Durante nuestra vida atravesamos desafíos difíciles para convertirnos en quien necesitamos ser y la muerte justamente eso es, un desafío, una oportunidad de trasladarse a un nivel mas elevado e ilimitado, una liberación tanto para los que se quedan como para el que se va. Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la Tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa.

Tenemos miedo a morir cuando sentimos que aun no hemos finalizado nuestro trabajo en esta vida y sentimos pena por el vacío que deja la muerte de nuestro ser amado en nuestra vida, porque ya no puedes sentirlo, ni contarle como te fue en tu día. Durante el duelo, que es la reacción frente a la pérdida de algo que amamos, nos zambullimos entre las olas, unas son más serenas y otras nos arrastran y nos revuelcan, a veces somos un poco positivos y a veces somos un poco negativos, sentimos que no hay ningún lugar al que debamos ir y nuestro bien estar pasa a segundo plano.

Sufrimos porque no entendemos que, el alma es como una rueda y para obtener el máximo provecho necesita hacer su ciclo completo. Una vez había dos orugas que eran grandes amigas, lo hacían todo juntas y se amaban mucho la una a la otra. Un día una de las orugas desapareció. La otra la busco por todas partes, pero no pudo encontrarla, así que se puso a llorar. Mientras lloraba, una bella mariposa volaba encima de ella. La mariposa le preguntó: "¿Por qué estas llorando, amiga mía? "estoy justo aquí". Hasta aquel instante, la afligida oruga no pudo ver el cuadro completo. Pensaba que había perdido a su amiga, pero en verdad no era así.

La mayoría de nosotros teme al movimiento del alma, pero una vez que nos damos cuenta que la muerte no es el final del juego sino una oportunidad para jugar de nuevo, no tenemos nada que temer. En realidad, podemos sentirnos más poderosos cuando entendemos que, la muerte no es definitiva, nuestros antepasados sabían que la muerte es parte de la vida, sabían que, había una vida más allá de la muerte, y lo representaban en edificios, mitos y objetos. Se ignora que somos seres espirituales que nunca morimos, que nuestro cuerpo no es más que la ropa que usamos durante el corto periodo por este mundo.

Lo importante, lo trascendente es nuestro espíritu, el cual regresa a donde estaba antes de nacer, y que, pudiera ser que pase a una dimensión de crecimiento superior. Temer a la muerte es quizás la condición más gráfica de que realmente, somos bien imperfectos... Si no fuera por la muerte, ¿valoraríamos la vida? Si no fuera por el odio, ¿sabríamos que el objetivo último es el amor?

Escrito en: CARIÑOTERAPIA nuestra, que,, sentimos, vida

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas