Internacional

Marca COVID funeral de Felipe

La ceremonia por el difunto príncipe tuvo un fuerte simbolismo militar

Marca COVID funeral de Felipe

Marca COVID funeral de Felipe

efe

Un día cristalino de primavera como el de este sábado habría llevado en otras condiciones a riadas de devotos y curiosos a las calles de Windsor para rendir tributo al difunto marido de la reina, el príncipe Felipe, pero son tiempos de pandemia y los británicos se atuvieron a las restricciones.

Acostumbrada a albergar los grandes eventos de la Familia Real, la coqueta localidad de Windsor fue invadida sobre todo por cientos de periodistas de todo el mundo, que colonizaron las calles desde horas antes del comienzo del funeral.

Al igual que le ha sucedido a millones de personas en todo el mundo que han perdido a un ser querido durante la pandemia, a la Casa de los Windsor no le quedó más remedio que ajustarse a las restricciones y organizar un sepelio con solo 30 participantes.

Pese a que el Gobierno británico pidió a los ciudadanos que siguieran la ceremonia desde sus televisiones, algunos no quisieron perder la oportunidad de mostrar "in situ" su apoyo a Isabel II y su familia.

El matrimonio formado por Fiona y Geoff Try, de 84 y 89 años, ha sido testigo de primera mano de todo tipo de acontecimientos en Windsor. Desde su casa pueden ver el reloj que da la hora a la reina en su castillo.

Si no fuese por la COVID, "esto estaría totalmente repleto de gente. Hemos estado en otros eventos en que Windsor estaba lleno. Mi padre conocía al gerente del banco en ese edificio con balcones, y yo podía ponerme allí arriba y ver a toda la gente abajo", dijo el hombre.

"Las cosas han cambiado", remataba su mujer con resignación.

UN FUNERAL ÍNTIMO

El funeral por el duque de Edimburgo se celebró con una solemne ceremonia en la capilla de San Jorge, en Windsor, para conmemorar la vida y el legado del consorte de Isabel II, con apenas 30 invitados y un pequeño coro que interpretó temas seleccionados por él mismo.

Fue un acto sobrio, de escala reducida a causa de la pandemia, sin sermón ni discursos de familiares o allegados -pues solo hablaron el deán de Windsor y el arzobispo de Canterbury- y con curiosos detalles cuidadosamente diseñados en vida por el propio príncipe Felipe.

Entre algunos toques personalizados de este evento histórico, precedido por un cortejo fúnebre con fuerte presencia de las Fuerzas Armadas británicas, figuró un altar de nueve cojines decorado con insignias muy significativas para el difunto.

Entre ellas, medallas y condecoraciones que le fueron asignadas por el Reino Unido y países de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth), junto con la insignia alada de la Real Fuerza Aérea (RAF) o las insignias de Dinamarca y Grecia -Orden del Elefante y Orden del Redentor respectivamente-, en un guiño a su infancia como príncipe de Grecia y Dinamarca.

SOLEMNIDAD Y SIMPLICIDAD

La simplicidad marcó una ceremonia en el la reina se sentó apartada, sola, de negro riguroso, con sombrero a juego y la consabida mascarilla por la pandemia.

El resto de invitados vistieron de civil, rompiendo con la tradición que normalmente obliga a llevar uniforme militar en funerales reales. Un medida adoptada por la monarca para evitar, al parecer, que su nieto Enrique quedara excluido de esa etiqueta protocolaria.

En la ceremonia, basada en lecturas bíblicas y cantos religiosos, el duque fue descrito como un hombre "amable, con sentido del humor y humano", por el deán de Windsor, David Conner, el único que tomó la palabra junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby.

También el cortejo fúnebre que precedió al servicio religioso llevó la firma inconfundible del duque. Su fuerte vinculación con todo lo militar quedó manifiesta desde el comienzo de la procesión.

Los restos mortales del duque de Edimburgo serán inicialmente depositados en el panteón real bajo la capilla de San Jorge.

Si bien el ataúd del marido de la reina Isabel II yacerá inicialmente en esa cripta, está dispuesto que cuando la monarca británica muera, se le trasladará a la capilla conmemorativa de estilo gótico de la iglesia Rey Jorge VI para que el matrimonio esté enterrado en el mismo lugar.

Escrito en: Windsor, reina, ceremonia, príncipe

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Internacional

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas