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El ejercicio y la tolerancia del poder político

El ejercicio y la tolerancia del poder político

El ejercicio y la tolerancia del poder político

HÉCTOR SÁNCHEZ GUTIÉRREZ

El poder político se ejerce mediante el cumplimiento de las funciones que la ley le establece al cargo asignado dentro del gobierno, asumiendo la responsabilidad ética y moral por la influencia que tiene en el pensamiento y actuar de los individuos en la sociedad.

El ser humano, cuando se integra en sociedad, construye estructuras jerárquicas para el ejercicio del poder, donde unos tienen la tarea de dirigir y otros la de obedecer, estableciendo normas jurídicas de cumplimiento obligatorio y sancionable para ambas partes, complementadas por principios éticos y morales, esenciales para lograr el "ejercicio y tolerancia del poder político".

El término Poder incluye un sentido de autoridad, al disponer de la "capacidad de hacer" y conlleva la "obligación ética de crear" durante su ejercicio, perfeccionada por la tolerancia al respetar las opiniones, ideas o actitudes de sus gobernados, aunque no coincidan con las propias

En nuestro México, la Constitución, las leyes que de ella emanan y los tratados internacionales son el marco jurídico que establecen con grado de obligatoriedad los compromisos y atribuciones que le corresponden, en el uso de las capacidades del Estado.

La obligación de atender los valores éticos básicos, de respeto por las personas, de hacer el bien y ayudar a quienes más lo necesitan "sin pedir nada a cambio", desdeñar la "costumbre o inclinación de hacer el mal", la aplicación de la justicia como el "principio moral que impulsa a actuar venerando la verdad, dando a cada uno lo que le corresponde", privilegiando el empleo de la congruencia, la coherencia, el conocimiento de nuestra historia, nuestros anhelos, aspiraciones e idiosincrasia;

La "obligación de crear" de quienes ejercen el poder político es dar a los que obedecen los beneficios que le permitan vivir en paz, con acceso a la educación, la salud, con acatamiento a su persona y a su manera de pensar y actuar, con el compromiso de respetar y hacer respetar los derechos y obligaciones que la ley vigente obliga y los principios y valores éticos que la tolerancia exige.

Actualmente, vivimos una etapa donde el afán por transformar un supuesto criterio ideológico negativo que prevalece, por otro que no se logra precisar y transmitir su contenido con claridad, sin definir una estructura administrativa eficaz y eficiente, donde las facultades, atribuciones y responsabilidades se diluyen sin precisar a qué instancia corresponden, la escasez de metas cuantificables y las acciones a realizarse en tiempo y forma, la asignación recurrente de recursos financieros y materiales ocultos, sin rendición de cuentas y la evidente falta de control y seguimiento tanto de acciones como resultados que se manifiesten como satisfactores de las crecientes necesidades de quienes obedecen, "en un creciente ejercicio intolerante del poder político nacional con escasa capacidad de hacer y crear".

El respetable objetivo ideológico que no logra sustentarse ni materializarse como fin pragmático y permanente para el desarrollo nacional, por "reestablecer el régimen de monopolio del Estado a favor de CFE y Pemex", no presenta avances evidentes en su capacidad operativa y sustentabilidad hasta el momento, ni argumentos sólidos para modificar los compromisos establecidos en tratados internacionales, tanto en el empleo y control de combustibles contaminantes, y contratos con inversionistas extranjeros que tienen fuerza de ley en México.

Hay más pobreza; la corrupción no ha cedido; la inseguridad pública incrementa constantemente, con 81 mil 484 homicidios en sus dos primeros años de gobierno, frente a los 28 mil 072 de hace dos sexenios y los 39 mil 446 del anterior (los principales puntos de referencia que se repiten), el sector salud ha sido dañado severamente y en algún momento será imposible seguir soslayando las muertes por la pandemia.

La realidad es trágica; no hay un rubro en el que el gobierno pueda mostrar resultados inobjetables.

No es suficiente la repetición del actuar con la mejor buena fe; lamentablemente, la promoción del odio y la confrontación entre amigos, familiares y vecinos que viven en una pugna constante reflejan "una progresiva dicotomía entre el ejercicio y la tolerancia del poder político actual".

* El autor de esta colaboración es General de División Diplomado de Estado Mayor y Maestro.

Escrito en: Con México en la mente poder, político, tolerancia, hacer

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