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JESÚS MENA VÁZQUEZ

En medio del ambiente polarizado que de campañas políticas en ya se puede sentir en el país, la cumbre climática virtual convocada por el Presidente Biden es un recordatorio de que existen temas de largo plazo, importantes para toda la humanidad que es necesario que no se queden en el tintero de los buenos deseos. El bienestar de las generaciones detrás de nosotros depende de lo que hagamos en los años por venir.

Además de Estados Unidos, otros países desarrollados también han establecido objetivos para la reducción de emisiones de carbono y han establecido regulaciones para la transición de autos y camiones a gasolina y diesel hacia vehículos híbridos y eléctricos.

Estados Unidos ha fijado su transición hacia una economía con cero emisiones carbono hacia el año 2050. El Presidente Biden anunció esta meta para que su país sea neutro en emisiones de carbono y así poner su parte para evitar que la temperatura del planeta aumente, con lo que las consecuencias del cambio climático como incendios forestales o deshielos podrían ser un escenario al que nos tengamos que enfrentar más recurrentemente, poniendo en peligro la vida y el bienestar de millones de personas.

Esta cumbre, que marca el regreso de los Estados Unidos al liderazgo internacional por detener el cambio climático, luego del retroceso en este tema durante los cuatro años del Presidente Trump, nos recuerda, de nuevo, que no hay vuelta atrás respecto a la generación de energía limpia como una de las principales herramientas para detener el cambio climático.

El paradigma de los combustibles fósiles, representado por el petróleo y que ha dominado por décadas la economía mundial, ha llegado a su fin. En los próximos 30 años el mundo habrá de disminuir de manera drástica su dependencia del petróleo y sus derivados, para transitar hacia la generación de energía limpias como motor de sus economías. Los países que tarden más en iniciar este proceso tendrán que redoblar esfuerzos para adaptar los procesos productivos de sus economías cuando se vaya acercando el tiempo en que las energías limpias sean el nuevo paradigma dominante en el mundo.

Lamentablemente, nuestro país parece que va en el sentido opuesto a la dirección que han tomado los principales países desarrollados del mundo, reafirmando nuestra dependencia de los combustibles fósiles con la construcción de una refinería y los obstáculos regulatorios y administrativos para los generadores de energías limpias.

Las decisiones que tomemos en esta década respecto a la generación de energías tendrán un impacto en las siguientes generaciones, no solamente de nuestro país, sino del mundo.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública hacia, emisiones, Presidente, cambio

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