La niñez es el corazón de todas las edades
Sabías que dentro de ti vive un niño o una niña, no importa la edad que tengas ahora, en zonas profundas de tu ser habita un niño que determina tus emociones y sentimientos predominantes, formas de reaccionar, importantes rasgos de tu personalidad y muchas experiencias que estas viviendo y atrayendo a tu vida de adulto.
Recuerdas ¿cuál era tu cuento favorito?, seguramente el cuento y el personaje con el que te identificaste tienen similitudes al día de hoy en tu vida.
El análisis transaccional nos dice que entre los dos y los siete años de edad el niño va escribiendo el guion, para su vida y va reafirmándolo o reajustando después en la adolescencia.
Por lo regular relacionamos la palabra adulto con madurez, sabiduría, independencia y estabilidad, porque pensamos que después de la pubertad no tendremos ningún cambio y eso es una gran mentira.
¿Quién soy? ¿A dónde voy? y ¿De dónde vengo? por lo regular es algo que nos seguiremos preguntando. Los adultos somos seres que podemos ganar dinero y comprarnos cualquier cosa, incluso aquellas que nos dejan peor que como estábamos.
Podemos relacionarnos con cualquiera, incluso con aquellos que nos pueden tirar al precipicio y podemos pensar como niños inocentes en ciertas áreas de nuestra vida y ser decepcionados por quienes creíamos lo máximo. ¿Y qué hacemos ante eso? comprarnos cualquier cosa, nos relacionarnos con la gente más hostil y confiamos en gente equivocada.
Cuando eres niño la verdad no tienes preocupaciones aun no te has contagiado de las enfermedades del adulto, de cosas como: la prisa, la amargura, la pereza, la preocupación, la ambición, la hipocresía.
Siendo niño, cada día lo sabes disfrutar al máximo, vives el presente, no te dejas de sorprender, no dejas que cosas sin sentido te amarguen la vida, no te importa quedar bien con nadie, si algo no te gusta lo dices, con cosas tan sencillas como "esta comida no me gusta".
Pero, no hay mayor infidelidad que engañarse a uno mismo, y eso es cosa frecuente en la adultez. Yo no sé por qué, ser adulto sin duda es el sueño más, absurdo que tenemos cuando somos niños, la palabra "adulto" me da un poco de risa, los "adultos" me provocan risa, ellos dicen diviértete y pórtate bien, pero las dos cosas no pueden suceder a la vez, el niño piensa, "si dejas que me divierta, entonces no puedo comportarme", "si quieres que me comporte, entonces no puedo divertirme".
Durante todos los años que has vivido, tu pequeño niño interior, ha estado ahí, quizá has dejado de sorprenderte, experimentar, arriesgarte o carcajearte. Si llegara ante ti ese niño de siete años que fuiste, ¿qué pensaría de ti? ¿Qué le falta a ese pequeño? ¿Qué piensa del niño, del adolescente y del adulto en el que te has convertido? ¿Del tipo de vida que has llevado? ¿De las personas con las que te has relacionado? ¿Aún tienes sueños que cumplirle a ese niño que llevas dentro? ¿Cómo vas de la persona en la que te has convertido a la que podrías o deseas haber sido?
Rescatar a nuestro niño interno significa ser madre y ser padre de nosotros mismos, depende de nosotros mismos escuchar a nuestro niño interior en vez de reprimirlo, prestar atención a nuestra parte más vulnerable y sensible, lo único que nos pide es que estemos en conexión con la vida, con la felicidad y la creatividad.
Tú eres tú propio madre/padre que tiene la capacidad de autosostenerse y auto nutrirse, aprende a pararte en tus propios pies, deja a un lado la fantasía de que alguien tiene que cuidarte como a un niño. Hoy como adulto es importante soltar ese pensamiento fantasioso y aprender a hacerte cargo de ti mismo, en todos los sentidos, físico, espiritual, emocional y económicamente.
Recobra tu niñez, todo el mundo suspira por ello, pero nadie hace nada por recobrarla ¿Quién te lo impide? ¡recóbrala! toma esta oportunidad y ¡recóbrala! Vuelve a establecer una relación con tu niño interior desde el amor y la comprensión, es la mejor forma de sanar nuestra autoestima dañada. Cuando cambiamos desde el amor todo sale bien.
Ahora puedes hablar con esa criaturita y decirle: "yo me encargo" "estas seguro conmigo" "me comprometo a cuidarte" "puede que ahora no comprendas, pero todo va a estar bien" "confía es poco a poco". La fuerza del adulto hoy te permite regalarle algo muy espacial a tu niño interior ¿y tú que le quieres regalar?