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Mezquital y el rezago social

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Mezquital y el rezago social

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JESÚS MENA VÁZQUEZ

En nuestro país, la pandemia derivada del Covid-19 ha tenido efectos importantes en el bienestar de las personas. Se estima que alrededor de 10 millones de mexicanos tienen condiciones de mayor vulnerabilidad que antes.

Hace unos días, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) presentó la medición del Índice de Rezago Social para el año 2020. La actualización del Índice se realiza cada cinco años, y como lo menciona el CONEVAL, no representa una medición de pobreza, sino que pondera el resultado de once indicadores en las siguientes dimensiones sociales: educación, acceso a servicios de salud, vivienda (calidad y servicios básicos) y los activos con que cuentan los hogares (lavadora, refrigerador, etc.), para así ordenarlos en cinco grados de rezago social: muy bajo, bajo, medio, alto y muy alto, dependiendo de las condiciones que guardan los hogares de las casi 110 mil localidades que hay en México.

Conocer dicha medición es importante porque permite poner en perspectiva las condiciones de vida de los mexicanos en situación más vulnerable y puede dar elementos a los gobiernos federal y local para ofrecer incentivos, mediante programas o acciones gubernamentales, y así mejorar los indicadores que consideren viables.

Cada uno de los 11 indicadores se encuentra relacionado a alguna de las dimensiones que señalamos antes: educación, salud, vivienda y activos. A nivel nacional, y tal vez como consecuencia de la pandemia, hay indicadores que muestran un mayor rezago social, por ejemplo, de 2015 a 2020 en el país se elevó el porcentaje de la población de 6 a 14 años que no asiste a la escuela, pasando del 3.5% en 2015 al 6.1% en 2020, cifra que supera al porcentaje de población que se obtuvo para 2005 (5.3%) y 2010 (3.5%) y sólo por debajo de la medición realizada en el año 2000 (8.2%).

Los resultados dan algunos indicios de las difíciles decisiones que tienen que tomar los hogares cuando ven disminuido su bienestar: seguir mandando a la escuela a sus hijos, o separarlos de la escuela para que puedan apoyar en el hogar, ya sea en labores del hogar para que los adultos salgan a buscar ingresos, o apoyando en la búsqueda de ingresos para el sostenimiento de la familia.

Hace unos días, El Siglo de Durango publicó en sus páginas una noticia que se difundió a nivel nacional: nuestro estado tiene en el Mezquital al segundo municipio con el mayor Índice de Rezago Social en el país, después de Batopilas en Chihuahua, por lo que su grado de rezago social está dentro del rango "muy alto". No es un dato para celebrar, por supuesto, sino que refuerza la idea de que las intervenciones que han hecho todos los niveles de gobierno durante décadas, no han sido suficientemente exitosas para disminuir el rezago en que vive esta población, compuesta mayoritariamente por indígenas tepehuanos.

Detrás de este índice están las historias de vidas de niñas y niños que se trastocan, que no llegan a florecer debido a las duras condiciones de marginación, desigualdad e iniquidad en que viven quienes habitan estas localidades.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública rezago, indicadores, medición, condiciones

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