Nosotros

CARIÑOTERAPIA

Creo que la palabra orgullo la inventamos las mamás

CARIÑOTERAPIA

Creo que la palabra orgullo la inventamos las mamás

Creo que la palabra orgullo la inventamos las mamás

VANESSA BARDÁN PUENTE

Aun antes de nacer nuestros hijos, caminamos felices con nuestras grandes panzas, y sonreímos orgullosas con solo por pensarlos dentro de nosotras.

Convertirse en madre es la experiencia más poderosa que puede llegar a vivir una mujer, nada te marca tanto como el momento en que sostienes por fin en brazos al hijo que acaba de salir de ti, deliciosamente sucio, húmedo, caliente, de ahí en adelante nuestros hijos son siempre una inagotable fuente de experiencias emotivas que nos llenan de orgullo y felicidad.

Ser mamá no tiene que ver con embarazos y pañales. Tiene que ver con querer a alguien más que a una misma. Con ser capaz de cualquier cosa, con tal de que nuestros hijos no sufran NADA, nunca, jamás.

Somos las encargadas de trasmitir los valores, de nutrir, la mamá es nuestro primer objeto de amor. Sin duda alguna la persona que más marca nuestra vida es nuestra madre.

Desde la elección que ella hace de quien va a ser nuestro padre, el momento de nuestro nacimiento, las circunstancias y como nos recibe en su vientre, el transcurso de su embarazo, el parto, la crianza del nuevo bebé y el largo camino hasta la independencia como adulto, está prácticamente marcado sobre todo por la madre.

Es la responsable de cuidarnos todos los días, de alimentarnos, de levantarse por las noches para ver si dormimos.

De ella depende nuestra futura salud psíquica, la sola presencia de la madre basta para que el pequeño se calme, es un punto de referencia durante toda la vida y sirve para monitorear nuestros valores éticos y nuestro comportamiento.

Aún las mujeres que han perdido a su mamá, frecuentemente piensan cuando tienen un conflicto: ¿Qué hubiera hecho mamá en esta situación? Muchas mujeres nunca conocen ni consideran a su mamá como "una mujer" con conflictos, dudas, proyectos, miedos y con una historia personal, simplemente "es su mamá"; es como si así hubiera nacido, sin historia ni futuro, sólo tiene para ellas identidad como "su mamá".

La mamá permanece como un ideal y como todos los ideales son perfectos, pero, no se le percibe como una persona con identidad propia y nunca la llegan a conocer realmente.

La identidad de la hija depende de su habilidad para aceptar algunas de las características de su mamá y rechazar otras. Cuando la hija considera que tiene que ser una réplica exacta de su propia mamá, está renunciando a desarrollar una personalidad propia.

De la misma manera, las hijas que rechazan todo rasgo psicológico que proviene de su mamá, están renunciando a parte de su historia y de su identidad.

Cuando la hija ve a la mamá con objetividad, como una persona no perfecta, como alguien que vive un proceso de aprendizaje continuo y hace su mejor esfuerzo en todo lo que realiza, podrá relacionarse mejor con ella.

Esta mamá, a quien se le reconocen sus virtudes y defectos generalmente es admirada y representa para la mujer la expresión de la "sabiduría femenina.

El reto de toda mamá es amar a nuestros hijos, acompañarlos en su proceso de individuación, es decir, en su evolución, hasta convertirse en personas independientes, estar presentes para ayudarlos, con un profundo respeto hacia su persona y su destino, impulsarlos a que elijan el camino que quieren tomar.

Nuestra tarea es apoyar sin imponer; sostener sin asfixiar; corregir sin desalentar; conducir sin controlar; amar y dejar en libertad.

Cuando les damos amor incondicional a nuestros hijos, ellos tienen lo más importante para su vida.

Este amor es un sostén seguro que le permite ver la vida de frente y encaminarse hacia el futuro con confianza y valentía. ¿Qué mejor regalo podemos darles?

Escrito en: CARIÑOTERAPIA mamá, nuestros, mamá,, persona

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas