Danielo Hernández, un joven con visión transformadora

Inquieto. Emprendedor. Enamorado de Durango. Miembro de una familia trabajadora y unida, que se ha forjado en el sector empresarial nacional.

Sus papás, Daniel Octavio y Ana Luisa, son su guía, su fortaleza, su ejemplo a seguir y sus hermanas, Alejandra y Andrea, su gran orgullo.

Estudió Derecho; su inquietud por un liderazgo transformador, lo ha llevado por diferentes ámbitos. De manera natural, ha participado en labores sociales, en diferentes sectores. Además, no es ajeno a ello, pues en su casa y en la empresa, siempre se han preocupado por las causas y necesidades de la sociedad.

De igual manera, su inclinación hacia la cultura, las artes, se la debe en mucho, a su familia, que siempre ha sido promotora de muchos artistas. Él es Danielo Hernández Vela, un joven de 28 años, que comparte en entrevista su gran compromiso con las necesidades de la sociedad.

-¿Cómo recuerdas tu infancia?

Absolutamente feliz. Con muchas oportunidades e inolvidables convivencias. Quizás conforme fui creciendo, fueron llegando las oportunidades, gracias al trabajo de mi padre y de mi familia. Puedo decir que crecí en una familia de mucho amor, respeto y de oportunidades. Tenemos acceso a muchas cosas que no siempre se tienen y por eso estoy eternamente agradecido.

-¿Qué representa ser el hermano mayor?

Mis papás nos educaron en las mismas circunstancias, a mí y mis hermanas, y como no nos llevábamos mucho, en años, no había un tema de mayor responsabilidad entre los tres. Me siento muy orgulloso de que mis padres siempre procuraron y fueron muy claros en que teníamos que ser educados en las mismas condiciones.

-¿Cómo te han influido tus papás?

Mi mamá es una mujer muy creativa, muy visionaria, muy eficiente para resolver todos los temas. En esa parte siempre me identifiqué mucho, porque en los proyectos escolares ella participaba en el proceso creativo y siempre me decía ‘lo tienes que hacer bien y lo tienes que hacer diferente’.

Y con mi papá, siempre hemos trabajado juntos, desde chiquitos estábamos en la oficina con él. También nos une un vínculo bien fuerte, porque aparte de ser padre e hijo, somos compañeros de trabajo, es mi jefe. Siempre está vinculado el tema, no es que separemos las cosas, siempre estamos trabajando porque nuestro giro es un trabajo de 24 horas y 365 días al año, un gran ejemplo de integridad en mi vida.

-¿Por qué decidiste estudiar Derecho?

Me gusta el ejercicio de la justicia. El Derecho me parece interesante, porque además de ser una ciencia social, es muy clara, muy específica. Yo creo que al final del día, todo lo que nos rige tiene una connotación legal, sobre todo en México, tenemos leyes para todo, reglamentos para todo, y lo ideal que siempre debiera suceder es que prevalezca la justicia.

-¿Eres un enamorado de Durango?

Amo profundamente a Durango, me apasiona tanto que fui el único que se quedó de mi generación, no me concebía estando en otro lugar. He tenido la oportunidad de estudiar diplomados, certificaciones en otros lados, me han ofrecido muchos proyectos en otras ciudades, inclusive nuestras empresas están en diferentes estados de la República, pero no me concibo en otro lugar que no sea Durango.

-¿Qué representa Funerales Hernández para Durango?

Somos una empresa que nació en 1912, durante la Revolución Mexicana, en Chihuahua y, al poco tiempo, llegó a Durango con mi abuelo. La fundó mi bisabuelo. Somos cuatro generaciones, pero ya hay una quinta y una sexta.

Cuenta mi abuela Damiana, que durante su luna de miel, cruzaron Durango para llegar a Mazatlán y se enamoraron de Durango. Al poco tiempo vuelven para establecerse en el ahora Corredor Constitución.

Empezamos a generar el tema de servicios funerarios, plan previsor, de hecho, el primer funeral que hizo Funerales Hernández, en Durango, fue el del general Domingo Arrieta a finales de los 60. Nos hemos consolidado como una empresa y una familia siempre preocupada por las causas y necesidades de la sociedad.

-¿Qué recuerdo tienes de tu abuelo?

Estaba chico cuando falleció. Don Óscar Hernández Rubio, fue y es un pilar fundamental en nuestra familia. Fue un hombre ícono, representativo en el Centro de Durango. Hoy, ha sido conmovedor y emocionante el encontrarme historias de él tan impactantes y significativas, en recorridos que he realizado. Y esto, me compromete más, no podemos quedarle mal a la gente, porque nos conocen de hace muchas generaciones.

-Siempre mencionas a tu abuelita, ¿Qué significa en tu vida?

Es una gran mujer que siempre trabajó y que hizo tanto por tantas persona. Que haya logrado pasar este tiempo de pandemia y que, a sus 94 años, haya esperado su momento y haya hecho fila para recibir la vacuna, habla mucho de ella.

Mi abuela es un ejemplo para mí, para todos, es una mujer atípica a su época, que siempre trabajó y fomentó la equidad entre todos.

Una empresaria en una época donde no existía si quiera esa figura, una gran mujer y por eso, el reconocimiento que le tienen muchas personas y el respeto y amor que le tengo yo. Damiana es mi gran inspiración.

¿Qué lección te deja esta pandemia?

Somos seres humanos, no importa de dónde vengamos, a dónde vayamos, todos tenemos la misma fragilidad y necesitamos ser solidarios. Me enseñó que necesitamos ser útiles para el prójimo. Es un cambio radical, una situación extraordinaria y en ese sentido, creo que si no trabajamos como equipo, que si no nos apoyamos y seguimos dividendo, no vamos a salir adelante.

Este cambio, esta transformación, esta historia debería escribirse entre todos. Esa es la visión que necesitamos ahora para Durango; una historia transformadora; una nueva esperanza para todos.

FRASES

“Nos hemos consolidado como una empresa y una familia siempre preocupada por las causas y necesidades de la sociedad”

“Me siento muy orgulloso de que mis padres siempre procuraron y fueron muy claros en que teníamos que ser educados en las mismas circunstancias”

“Mi abuela es un ejemplo para mí, para todos, es una mujer atípica a su época, que siempre trabajó y fomentó la equidad entre todos. Damiana, mi gran inspiración”

“Somos seres humanos, no importa de dónde vengamos, a dónde vayamos; tenemos la misma fragilidad y necesitamos ser solidarios. Esta pandemia, me enseñó que necesitamos ser útiles para el prójimo”.