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Regreso a clases, con seguridad

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Regreso a clases, con seguridad

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IGNACIO ESPINOSA

Sin duda, uno de los temas que más nos preocupa a los padres de familia es el regreso a clases presenciales, ya que, después de haberse interrumpido desde la segunda quincena de marzo del año anterior, debido a la pandemia de Covid-19, aún no existen las condiciones adecuadas para que los infantes, adolescentes y adultos (en este último sector, el caso de quienes estudian una carrera) retornen a las aulas, en virtud del riesgo latente de un contagio de coronavirus.

No obstante, en el caso del estado de Durango, se analiza la posibilidad de que un segmento de alumnos se reincorpore a las actividades, de forma presencial, ya en las próximas semanas, aunque se trataría de un sector muy reducido, pues sólo abarcaría a aquellos estudiantes que registran un rezago en su aprovechamiento educativo, esto con el objetivo de regularizarlos y nivelarlos en el aprendizaje, sobre todo en materias muy específicas donde los escolares podrían tener algunos problemas.

En este mismo contexto, conviene precisar que, en la semana que apenas concluyó, en el estado de Campeche, donde desde hace algunas semanas determinaron reanudar clases de manera presencial, se detectó que en alguna de esas escuelas varios infantes comenzaron a mostrar un aumento en su temperatura corporal, un aspecto que llamó la atención de padres de familia, maestros y directivos, lo cual les obligó a tomar la decisión de suspender sus actividades hasta en tanto no se aclarara el motivo de ese fenómeno que les afectó en su salud.

Lo anterior en virtud de que se tenía el temor de que se tratara de un potencial caso de coronavirus, de ahí la necesidad de realizar un estudio muy minucioso de la situación específica de cada alumno y alumna que presentaron los mencionados síntomas, ya que el objetivo era, ante todo, prevenir un contagio masivo entre la población estudiantil y el personal de la propia escuela donde se detectó el referido problema, en caso de que se tratara del famoso virus SARS-CoV-2.

A todos los padres de familia nos sigue inquietando que nuestros hijos no puedan regresar a sus salones de clases, debido a que ya llevan más de un año tomando sus lecciones a distancia, un sistema que no ha rendido los frutos que todos esperábamos, ya que está comprobado que un porcentaje mínimo de estudiantes es el que cumple con la asistencia, los trabajos y las tareas que los maestros les encargan.

Y vaya que lo decimos con pleno conocimiento de causa, sobre todo en lo que se refiere a los y las estudiantes de preescolar, primaria y secundaria, niveles en los que se observa una marcada indiferencia por parte de alumnos y alumnas, en virtud de que las clases no son dinámicas, es decir, no atraen la atención de los interesados, ya que muchos docentes, además, no estaban preparados para transmitir sus conocimientos a través de las plataformas digitales.

Estos factores, aunados a otros como las carencias económicas de algunos estudiantes para conectarse a internet y así acceder a las clases virtuales, han derivado, incluso en la deserción escolar, una situación que debería llamar más la atención de las autoridades educativas y actuar en consecuencia para buscar la causa de ese fenómeno y hacer algo para que esos infantes, adolescentes y adultos se reincorporen a sus lecciones vía remota.

Tengamos en cuenta, amable lector, que una cantidad significativa de padres de familia no cuenta con los recursos económicos suficientes para solventar los gastos que implica el pago del internet y la compra de una laptop para que sus hijos accedan a la plataforma digital mediante la cual se imparten las clases virtuales, de ahí que un sector considerable de alumnos y alumnas tuvieron que quedarse con las ganas de ingresar a sus clases virtuales.

Es lamentable que, por la falta de equipo tecnológico, esos alumnos y esas alumnas hayan tenido que abandonar ese sueño de estudiar, de prepararse educativamente para alcanzar ese objetivo de terminar una carrera profesional que les permita realizarse en los ámbitos personal y laboral.

Lo ideal sería, insisto, que todos los estudiantes tuvieran acceso a las herramientas tecnológicas para ingresar a las clases virtuales. No obstante, la triste realidad nos despierta de ese sueño que para muchos es una pesadilla, ya que no encuentran la forma de acceder a esas lecciones digitales ante la evidente carencia de recursos económicos para lograrlo.

A estas alturas del año, cuando se vislumbra la posibilidad de un regreso a clases presenciales, muchos padres de familia consideramos que aún no existen las condiciones adecuadas para que así suceda, toda vez que aún se siguen registrando casos de Covid-19 y muertes por esta enfermedad en nuestro estado.

Tal vez lo ideal sería esperar a que observáramos cómo evoluciona la pandemia de coronavirus y a que un porcentaje significativo de la población ya estuviera vacunado contra esta enfermedad, con lo que el riesgo de contraer el citado virus sería muy reducido.

Sólo en estas circunstancias los padres de familia estaríamos de acuerdo con que nuestros hijos volvieran a las aulas, pues la probabilidad de enfermar de ese padecimiento aún está presente, de ahí que lo mejor sería aguardar unos meses más, hasta que constatáramos que la pandemia ya no representa un riesgo grave para la población escolar en general, pues recordemos que también están involucrados los maestros, directivos y personal que labora en las escuelas, por lo que todos debemos cuidarnos mutuamente.

Escrito en: Padres e hijos clases, padres, familia, estudiantes

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