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Hablemos de noticias falsas y confianza

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Hablemos de noticias falsas y confianza

Hablemos de noticias falsas y confianza

JOSÉ NOEL PÉREZ SALAIS

"El punto es no tomar la opinión del mundo como una estrella guía. Ni deprimido por el fracaso ni seducidos por los aplausos".

Gustav Mahler

En la época actual la información, las noticias falsas, la propaganda computacional y la comunicación mediada por algoritmos, la confianza en las noticias que circulan en las redes sociales tiene un papel especial en cualquier tipo de campaña y no se exentan las políticas.

Pero, ¿pueden los ciudadanos confiar en lo que reciben como información? ¿Los periodistas y los editores tienen su propio sesgo? ¿Toda la información está basada en hechos reales? ¿Los consumidores podemos confiar en algoritmos para elegir la dotación noticiosa?

La confianza actúa como una variable que ayuda a cada uno de los individuos a diferenciar entre las fuentes reales y las falsas, entre los hechos y las verdades alternativas o a medias.

¿Qué deben hacer los ciudadanos para confiar o no en las noticias que circulan en las redes sociales durante una campaña política? ¿La oferta noticiosa que proporcionan las redes sociales cumple con las expectativas? ¿Es importante la calidad y cantidad de las noticias, para confiar en ellas? ¿Qué tanto impacto tiene una nota en la red social, para definir la preferencia electoral? ¿Hay fuentes más confiables que otras?, como Twitter, Facebook, Instagram o correos electrónicos.

Evidentemente el número de ciudadanos que consume noticias en las redes sociales aumenta vertiginosamente día a día, ya que un aparato móvil es común cada vez más y el acceso a internet va en aumento y ello provoca que la población esté más comunicada e informada, aunque no siempre con información fidedigna, lo cual ocasiona que muchas veces una noticia falsa se dé por cierta y ello haga que se tomen decisiones equivocadas.

La población más joven con acceso a un móvil y a redes sociales es más fácil que consuma "fake news", aunque no siempre es así ya que el nivel de acceso a diversas fuentes de información da la oportunidad de diferenciar una falsedad a una verdad; sin embargo, ninguno está a salvo de noticias dañinas que provocan confusión a la hora de asimilarlas.

Por otra parte, también es común que no toda la población tenga interés en algún tipo de información relacionada con una contienda electoral y dé por hecho noticias falsas, sin necesidad de indagar más allá y tome decisiones importantes con lo único que recibe.

¿Se deben regular las redes sociales? ¿Se debe controlar la información que circula en ellas? Por supuesto que la respuesta es no; lo que sí es fundamental es que cada uno es responsable de lo que consume informativamente hablando y en caso de duda revisar y checar diversas fuentes, y no una sola, ya que hemos visto cómo personas confiables han dado por hecho irrealidades, pero por la influencia que tienen en el público es fácil caer en la mentira.

. . . puede ser que sí, puede ser que no, lo más seguro es que quién sabe, pero. . . la hora se acerca y los nervios para algunas y algunos están de punta, y comienzan a cometer errores garrafales. Quienes sentían que tenían la bolsa llena ven que no, y otras personas que no veían claro, se despeja el panorama. Ya falta menos, y será lo que tiene que ser.

@noelperezsalais

Escrito en: De Par en Par noticias, redes, información, sociales

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