Editoriales

Ojala reflexione

No hagas cosas buenas...

Ojala reflexione

Ojala reflexione

ENRIQUE IRAZOQUI

El lunes pasado estuvo en Torreón el presidente de México, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, acompañado de su esposa, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller. El motivo principal de la gira fue encabezar la ceremonia en el Bosque Venustiano Carranza para pedir perdón al pueblo chino por la matanza de 303 de sus conciudadanos perpetrada entre el 13 y 15 de mayo de 1910 en esta ciudad en manos de las tropas maderistas comandadas, entre otros, por el general Benjamín Argumedo.

La decisión de celebrar el acto de donde se encuentra este importante pulmón se debió a que precisamente por estos rumbos muchos de los chinos que habían llegado a estas tierras trabajan en labores establecidas justo en este mismo sitio.

Al evento acudieron los gobernadores de Coahuila y Durango, el ingeniero Miguel Ángel Riquelme Solís y el doctor José Rosas Aispuro Torres, respectivamente; el alcalde de Torreón Sergio Lara Martínez; los ministros de Estado Olga Sánchez Cordero, titular de la Secretaría de Gobernación; Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, así como los responsables de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina, el general Luis Cresencio Sandoval González y el almirante José Rafael Ojeda Durán, respectivamente.

Se contó también con la presencia del embajador de China en México, Zhu Qingquiao, que fue naturalmente figura relevante del acto, donde recibió del primer mandatario como obsequio un "árbol de la vida" en señal del respeto y la colaboración que se debe procurar tener entre el gigante asiático con la nación mexicana. También el árbol es signo de la petición del perdón por la abominable matanza perpetrada justo poco días más de 110 años.

Según la historia, oleadas de inmigrantes de China habían llegado a América a buscarse la vida, encontrándose en México los mismo rasgos xenófobos que también existían en los Estados Unidos. No obstante el arduo trabajo y dedicación que demostraron por lo menos aquellos que después de sus larguísimas travesías para cruzar el océano Pacífico para llegar a América, se albergaron en la Comarca Lagunera, lograron primero laborando en los campos agrícolas así como en los trabajos para desarrollar las vías férreas, progresar con comercios y negocios de servicios alcanzando notable prosperidad. Tan es así que en La Laguna cuando ocurrió esa tragedia en 1911, aquí se contaba con un banco chino, muestra clara del progreso de una comunidad que alcanzaba una cifra de entre 600 y 700 personas.

En medio de la revuelta maderista que había estallado apenas el 20 de noviembre de 1910, Torreón y La Laguna se vio asolada por lances de los revolucionarios que decidieron tomar la ciudad entre el 13 y 15 de mayo. Con poca resistencia de las fuerzas federales que pendían de un hilo puesto que el dictador Porfirio Díaz estaba ya a 10 días de renunciar a la presidencia de México, la toma de Torreón fue pan comido para los maderistas, lo que propició que entre los propios milicianos y gente misma del pueblo torreonense formaran una turba que aprovechó la revuelta para dar rienda suelta a los peores instintos. Además de desmanes y saqueos, se propiciaron las condiciones para perpetrar este masivo, vil y cobarde asesinato de más de tres centenas de ciudadanos chinos.

Con estos antecedentes y dentro de las celebraciones que el gobierno de López Obrador quiere conmemorar este 2021, como lo es según la historia oficial los 700 años de la fundación de Tenochtitlan, la caída de la misma en manos de los españoles en 1521; la culminación de la independencia de México en 1821. Se aprovechó para pedir el legítimo perdón por lo ocurrido acá acá con aquella comunidad china, así como el Presidente hizo lo propio con los pueblos mayas del sureste por las atrocidades que también padecieron en el periodo colonizador.

En todo este marco donde se llevó a cabo la ceremonia donde se dio una introducción por parte de la secretaria de Cultura Alejandra Frausto, de los hechos a remembrar y luego de un sólido y conciso discurso del gobernador Riquelme donde estableció lo execrable que resulta para nuestra historia lo ocurrido aquel mes de mayo de 1911 en Torreón sin cortapisa alguna, enfatizando que los tiempos de ahora en Coahuila, según sus palabras, se respetan los valores justamente contrarios a los que permitieron la cruel matanza: respeto, apertura y tolerancia, entre otras; y siendo claro que los coahuilenses estamos abiertos a la diversidad y colaboración, tan es así que este estado alberga importantes inversiones chinas que permiten abonar a la prosperidad, tomó la palabra el presidente López Obrador.

En la intervención presidencial, fiel a su estilo parsimonioso, el dignatario dio muestras claras de su pasión por la historia. Aclarando que su gobierno en otros episodios ha tratado de interpretar los datos históricos de acuerdo a su ideología, en esta ocasión el Presidente hizo una exposición inapelable.

Además de su relatoría de los hechos, condenó con todas sus letras los motivos que propiciaron la matanza. Xenofobia y hasta mera envidia fueron los motores de esa barbarie. López Obrador la describió tal cual aun cuando los perpetradores eran maderistas o del bando revolucionario, igual los describió como fueron.

Con ello el Presidente en esta ocasión dio clara muestras de que el odio entre diversos grupos sociales no puede admitirse, sea por motivos raciales, religiosos, culturales o económicos. Por eso me sorprendió tanto López Obrador, puesto que de su boca se puede escuchar que sabe por historia que se han cometido atrocidades por mera envidia, pero él y los suyos la propician con eso de nombrar a unos fifís, conservadores y mafiosos del poder.

Ojalá que la reflexión que el propio Presidente hizo sobre los hechos ocurridos con la comunidad china radicada en Torreón hace 110 años le sirva para atemperar sus pasiones revanchistas y le dé serenidad para conducir la administración federal y al propio Estado mexicano, por caminos mejores que por los que hasta ahora nos ha llevado, merced del lastre que sus impulsos vengadores le han impuesto.

Escrito en: No hagas cosas buenas... Torreón, López, Presidente, comunidad

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas