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A la carta con Nuño

Siglo Gourmet

JOSUÉ NUÑO

Es difícil hablar de carne asada y más acá de este lado, muy al norte. Cualquier comentario puede herir corazones o endiosar a personas con muy malos gustos carnívoros. Por eso, cuando pude opinar y escribir sobre comida, me prometí no hablar de asadores. Pero me dicen mi alma, hay carnita asada, y yo doblo las manos. Por eso hoy estoy en Nicanor.

Comienzo por hablar del lugar: Es un espacio donde tienen una terraza abierta y una sala cerrada. Por cuestiones del calor, pido la sala ya que al entrar el clima es fresco y eso se agradece. Es iluminado y sus ventanas dan a algunos árboles. Este detalle, aunque no se piense con atención, influye en el cliente; a mí me puso de buen humor. Ese me duró poco y les diré las razones. Al entrar, la selección musical estaba para cortarte las venas con galletas de animalitos. Entre las baladas pop y la música romántica 80´s, presentía que mi futura diabetes se adelantaba. Luego algo pasó y la música cambió a ritmos muy agradables; la otra cosa fueron las sillas. No estarían de más que les pusieran un poco de amor. Pero esos son detalles menores, lo que interesa es la comida. Y les confieso, este fue un buen viaje a la república del colesterol y los triglicéridos. Para recibirte en la mesa, ponen un plato clásico de salsas y tostadas de harina junto a un requesón condimentado. La salsa de chile de árbol, la de jalapeño y la molcajeteada me abrieron el apetitoy me hicieron preguntarme si así es el recibimiento, cómo sería lo demás.

cos platos e ingredientes claros, por eso pedí una cosa de cada sección. De entrada, ordené unas verduras asadas. Más de uno dirá ¿verduras en un lugar de carne? ¡Pues por eso!, para comprobar si no solo saben preparar proteínas. Y fíjese que me sorprendí y le diré por qué. Llega un plato bien servido en donde traen brócoli dorado y dulce; además, la calabaza firme y no amarga; los champiñones, bueno, están jugosos y no secos; la cebolla algo insípida, pero la zanahoria, el pimiento verde y el tomate, tostados en ese punto donde su azúcar natural se mezcla excelente. Todo eso acompañado de dos aderezos, uno que creo es ranch (lo ignoré), y otro alioli-mayonesa-salsa tártara (no supe qué era), hacen de este plato una comida completa.

de pato y es confuso lo que sirven. Yo me imaginaba un trozo frito, sancochado, pero lo que traen es algo que tiene consistencia de barbacoa. ¿Cómo juzgar el taco de un ave que vuela? Porque no es un pollo o una gallina. Así que imagine que está comiendo un pedazo muy suave de carne, con sabor a grasa algo mineral, pero de repente llega a su lengua un gusto dulce; a esto póngale lo picante de la cebolla y el sabor fresco del cilantro, limón y salsa de chile de árbol… es una sensación nueva. Mejor venga y rétese a probarlo.

¿Conoce los Gyros? Aquí sirven uno de cordero. Imagine un taco, pero en vez de tortilla, un pan suave y elástico; adentro, un buen pedazo de carne bien sazonada, sabrosa, en una cama de tomate, cebolla morada y lechuga. Además, unas papas que creo las frieron dos veces porque estaban crujientes como palanqueta, pero suaves como una manzana. A las papas las acompañaba un aderezo de chipotle algo ácido que combina muy bien con ellas. Este taco Griego, papá del de pastor, es una excelente opción para comer.

Después llegó la papa asada clásica con sirloin. Aquí la sirven cortada en rodajas, acomodadas muy monas en una sartén de acero, con crema ácida y queso (parece que se los vendieron, y sí. Yo le pondría más, es todo). Es un plato bien logrado. Luego llegó el alambre (dos brochetas). Aquí comprobé que sí saben asar los que andan en las parrillas. Piense usted en un filete jugoso, justo en sal, intercalado con tomate, pimiento, cebolla y tocino. Y lo acompañaron con una salsa que fue una sorpresa: jalapeño en pequeñas rodajas marinadas en maggi, limón y soya (creo). Este conjunto es especialmente bueno.

Para cerrar pedí un pastel Ferrero. Tengo una queja, no venía en la carta, así que ya me hacía contando la morralla para completar la cuenta o lavando platos. Al morder el pastel sospeché que sabía a los que vende en Lety y sí, me lo confirmó el mesero: de ahí les traen el pan, por lo que entendí. Piense en capas de un panqué húmedo con pedazos de chocolate, ¿avellanas?, y entre cada una, crema pastelera no tan dulce; además, un betún de casi medio centímetro de chocolate y rematado con medio chocolate Ferrero. Buen postre, aunque difícil de describir.

Tengo que ser sincero, yo venía con la espada desenvainada, pero humildemente reconozco que subestimé el lugar. Ofrecen platos sin muchas invenciones. Asar carne no es sólo encender brasas, hay que equilibrar el calor, la sazón y la técnica. Aquí lo hacen muy bien y por casi 900 pesos usted puede disfrutar lo que pedí.

Escrito en: A la carta con Nuño Aquí, plato, cebolla, buen

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