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La violencia no sabe de género

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La violencia no sabe de género

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IGNACIO ESPINOSA

Generalmente, cuando hablamos de violencia entre parejas, casi inevitablemente se piensa que el hombre es quien agrede a la mujer; sin embargo, esto no siempre ocurre de esta forma, pues en nuestros tiempos se difunden, a través de los distintos medios de comunicación, casos en los que una fémina es quien toma la iniciativa para someter y golpear a su pareja, ya sea esposo, concubino o novio, y la violencia no necesariamente tiene que ser física, sino que puede ser de tipo psicológico, económico y verbal, entre otras.

Lo anterior viene a colación, amable lector, a raíz de una noticia reciente en la que se vieron involucrados dos jovencitos (ella de 20 años y él de 19 años de edad) que, hasta antes del episodio de violencia, eran novios, pues en una escena de celos debido a que la muchachita descubrió mensajes en el teléfono celular de él en los que interactuaba con otras chicas, en determinado momento la discusión por ese motivo subió de tono a tal grado de que ella, quién sabe de dónde, sacó un cuchillo con el que lesionó a su pareja.

Tras dimensionar la magnitud de los hechos, la joven pidió apoyo a la línea de emergencia 911, por lo que personal de Seguridad Pública y de Cruz Roja acudió a ofrecer el auxilio correspondiente para atender al muchacho que había resultado lesionado, aunque se alteró la realidad de los hechos para que la agresora no fuera detenida.

No obstante, luego de un interrogatorio minucioso sobre cómo ocurrieron los hechos que derivaron en la lesión con el arma blanca que sufrió el joven, las autoridades se enteraron de que las heridas del muchacho no fueron producto de un accidente, sino que su novia, en un impulso y arranque de celos, fue quien lo acuchilló, aunque después se arrepintió de lo sucedido y, en un acuerdo con su pareja, optaron por llamar a la línea de emergencia con una versión alterada de lo que realmente pasó, precisamente para evitar que la jovencita fuera detenida por el delito de lesiones.

El desenlace de esta historia fue en el sentido de que la muchachita sí fue aprehendida finalmente por las autoridades, en virtud de que cometió el delito de lesiones en agravio de su pareja, por lo que tendrá que hacerle frente a la acusación del Ministerio Público y, en su momento, si así es posible, pagar una fianza una vez que se valore la gravedad de las lesiones, es decir, del tiempo que tarden en sanar las heridas y si no ponen en riesgo la vida de la persona agredida.

En caso de que no pueda cubrir la fianza que se fije, deberá pagar con cárcel la pena que el juez determine, con lo que su situación se agravaría en caso de que no cuente con la solvencia económica necesaria en esas circunstancias.

Siempre que se habla de violencia dentro del hogar y entre parejas, por supuesto que a todos nos debería preocupar y ocupar, ya que con agresiones de ningún tipo no es como se solucionan los problemas y se superan las diferencias, pues lo más importante siempre será el diálogo, el intercambio de ideas y opiniones sobre cómo resolver cualquier conflicto que se presente, antes de pensar en la violencia como el medio para salir de una situación complicada que represente un problema, ya sea dentro de una relación dentro del hogar o entre novios o concubinos.

Está plenamente comprobado que la violencia, en cualquiera de sus expresiones o manifestaciones, no es precisamente la mejor manera de zanjar alguna diferencia, pues una agresión, normalmente, genera una reacción de la misma proporción o mayor en algunos casos, de ahí que lo más recomendable y prudente es tratar de conservar la calma antes de perder los estribos y así no tomar decisiones de las que más tarde pueden surgir las lamentaciones.

La propia naturaleza humana es realmente complicada, sobre todo cuando las personas están sometidas a un alto grado de estrés que no les permite reflexionar sobre sus acciones y mantener el control sobre sus emociones, de ahí las consecuencias trágicas que ocurren cuando una de las partes no puede conservar la mesura y la prudencia en momentos difíciles, cuando se presenta una situación que no puede manejar adecuadamente.

La violencia no es exclusiva de un género, por lo que no es válido etiquetar ni estigmatizar a los hombres como los que más episodios de agresiones cometen contra sus parejas, ya que, como lo percibimos todos los días a través de los medios informativos y en nuestro entorno más cercano, las agresiones de toda clase pueden provenir desde cualquier persona que se encuentre a nuestro alrededor.

No existe otra mejor manera de prevenir y erradicar la violencia que fomentando un ambiente de amor, respeto y tolerancia dentro del hogar, pues con el ejemplo de un sitio de armonía, en el que los problemas y diferencias se solucionan con el diálogo, difícilmente se puede agredir a cualquier persona.

En lo personal, me sigue preocupando que, con relativa frecuencia, algunas personas no reflexionen en los momentos de tensión, cuando las agobian el estrés y los problemas, y que en este contexto, al no encontrar opciones para resolver sus conflictos, se inclinen por la violencia para salir de ese círculo negativo, cuando se pueden explorar otras opciones antes de recurrir a las agresiones, que sólo empeorarán la situación.

Escrito en: Padres e hijos violencia, pues, dentro, antes

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