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Alfonso Pérez Daza

El negocio petrolero

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ALFONSO PÉREZ DAZA

El expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en su libro "A Promised Land" señaló: "Cada año, al parecer, el pronóstico empeoraba, como una nube cada vez mayor de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, proveniente de plantas de energía, fábricas, automóviles, camiones, aviones, operaciones ganaderas a escala industrial, deforestación y todas las demás señas de identidad de crecimiento y modernización contribuyó a temperaturas récord. Cuando me postulé para la presidencia, el claro consenso entre los científicos era que, en ausencia de una acción internacional audaz y coordinada para reducir las emisiones, las temperaturas globales estaban destinadas a subir otros dos grados centígrados en unas pocas décadas. Pasado ese punto, el planeta podría experimentar una aceleración del derretimiento de los casquetes polares, el aumento de los océanos y un clima extremo del que no hay retorno".

Quien fue presidente del país más poderoso del mundo del 20 de enero de 2009, hasta el 20 de enero de 2017, tenía claro que el cambio climático representaba un peligro para la humanidad y, aunque fue parte de su agenda hacer algo al respecto, se enfrentó a políticos, empresarios, sindicatos industriales y otros que opusieron resistencia a la implementación de energías limpias porque implicaba acabar con sus empleos y, principalmente, con los negocios multimillonarios que representan el petróleo a nivel internacional. En su obra, Obama recuerda que en 2003, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) del presidente Bush soslayó que el dióxido de carbono que emiten los tubos de escape de los automóviles se califica científicamente como un contaminante del aire, sin embargo la Ley de Aire Limpio no estaba destinada a otorgar a esa agencia la autoridad necesaria para regular los gases de efecto invernadero y que, incluso si lo hiciera, no la usaría para cambiar los estándares de emisiones. Varios estados y organizaciones ambientales demandaron a la mencionada Agencia y en el fallo de 2007, Massachusetts v. EPA, una estrecha mayoría de la Suprema Corte de Estados Unidos sostuvo que la Agencia de Protección Ambiental no había aplicado un "juicio razonado" basado en la ciencia al tomar su determinación y ordenó que ejerciera su función.

La pregunta es si el expresidente contribuyó en algo a evitar el calentamiento global.

Sin duda se le reconoce su liderazgo en la firma del primer acuerdo universal del combate contra el cambio climático. Cerca de doscientos países se comprometieron a transitar hacia una economía que no contamine con carbono. La organización ecologista Greenpeace consideró que el Acuerdo de París suscrito en 2015, enviaba un mensaje sobre el final de la era de los combustibles fósiles.

Habría que revisar a qué se comprometió México con Naciones Unidas y, sobre todo, si hemos logrado disminuir las emisiones de CO2 en estos últimos años. Esta reflexión es con motivo de la sentencia que emitió recientemente un Tribunal de La Haya que condenó a la petrolera Shell a reducir su contaminación de dióxido en 45% de aquí a finales de 2030. Este precedente judicial, que se sustenta en ese tratado internacional, es una llamada de atención para el gobierno de México que pretende concentrar la inversión en la producción de gasolina y otros derivados del petróleo cuyos contaminantes pueden ser medidos científicamente. Actualmente dependemos de las energías fósiles y gran parte de la economía mexicana se finca en su riqueza petrolera. ¿Cuál debería ser el rumbo energético del país y por cuánto tiempo más?

Escrito en: ALFONSO PÉREZ DAZA dióxido, Agencia, claro, Ambiental

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