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Cría mirreyes y te sacarán los ojos

Cría mirreyes y te sacarán los ojos

Cría mirreyes y te sacarán los ojos

VANESSA BARDÁN PUENTE

Padres consentidores, hijos inútiles, padres productivos y trabajadores, hijos infantilizados sin la capacidad de hacerse responsables de su vida, padres obedientes, hijos tiranos, hijos flojos, nietos pobres, esto es lo que sucede cuando se vive a la sombra de progenitores exitosos y complacientes que no enseñaron a sus hijos a saber ganarse las cosas, pues todo en esta vida cuesta y hay que pagar un precio por ello.

Hijos que a sus más de 20, 30, 40 y hasta más años, se han acostumbrado a la idea de que su papá les debe de dar todo, estos jóvenes profesionistas esperan demasiado y renuncian muy pronto cuando no logran sus expectativas, tienen poco compromiso y poca tolerancia a la frustración.

Son hijos que crecieron llenos de comodidades, sobreprotegidos, sintiéndose merecedores de todo, en donde la familia se adaptó a ellos y cubrieron plenamente sus caprichos y antojos.

Ya fuera de casa, en el mundo real, no dan resultado en su trabajo entonces irán lloriqueando con su papá y dirán que la empresa es muy dura con ellos y los padres dirán "no hagas caso, esa empresa no te merece" "aquí siempre estarás con nosotros y nunca te faltará nada" entrando así en el ciclo sin fin de generaciones de hijos mantenidos incapaces de pararse con sus propios pies en la vida, sin saber lo que es el esfuerzo y persistencia

¿Qué pasará cuando papá ya no esté para mantenerlos? La naturaleza siempre es más sabia que nosotros, los osos enseñan a pescar a sus crías, las aves enseñan a volar a sus polluelos y los humanos le dan todo a sus hijos y los convierten en buenos para nada.

Sin independencia económica, ni doméstica, entonces van por la vida buscando un patrocinador o una sirvienta. ¿Qué tal si mejor encontramos un punto medio? cuando damos todo a los hijos, los dejamos sin nada, se vuelven débiles y se traumatizan por todo, se deprimen y se quieren suicidar, no saben luchar, les quitamos la capacidad de postergar la gratificación, de saber trabajar duro por darles demasiado.

Estamos viendo hoy en día, una cantidad de hijos malagradecidos, sintiéndose que merecen todo "dame" "dame" "dame" sin responsabilidades ni necesidad de esforzarse, cuando los padres dan todo crecen con la falsa idea de que todo el mundo tiene que servirlos.

Estos "mirreyes" sienten que no pertenecen a una tribu urbana más, sino a una tribu elegida, que se coloca por encima de todas las demás.

Es una generación muy cómoda con pocas carencias y muchas comodidades, no viven las consecuencias de sus conductas o malas acciones y así simplemente no hay forma de madurar. Cuando son pequeños, el niño te pide, cuando es adolescente te exige las cosas y cuando es adulto te quita todo lo que tengas.

Estos muchachos se sienten con todo el derecho de todo lo que tengan sus papás: casa, trabajo, carros y hasta su calcetín. Evítate dolores de cabeza, no les pasa nada si sienten un poco de hambre y un poco de frío, así es el mundo real, la realidad es que vivimos en un país que no es pobre, sino trágicamente desigual.

Saca a tus hijos de la burbuja cómoda donde viven, de la esfera protegida, de una deficiencia neuronal, para someterlos a una experiencia de vida distinta que los convierta en personas honorables, productivas, amadas y responsables, edúcalos desde pequeños, establece reglas, aprende a decirles que no, busca que se esfuercen por lo que quieren, dar algo especial a tus hijos tiene que ser una gratificación bien ganada. Muchos padres viven con un fantasma que los persigue: el temor a perder el amor de sus hijos.

Los padres, hace tres o cuatro generaciones no conocían este miedo. Regañaban, castigaban y hasta los golpeaban, pero en ningún momento se cuestionaban esta posibilidad.

Este amor contaminado de miedo los detiene y los hace titubear cuando es necesario contradecir o limitar, un buen padre sabe decir que no y no los va a dejar que se coman todo el helado porque sabe que le hace daño, no se muestra temeroso o flojo de ejercer su autoridad. Tu hijo es especial para ti y solo para ti, no lo es para nadie más, allá afuera es una persona más, enséñale a tener alta estima y a alcanzar sus éxitos.

Hereda buenos genes, que sean respetuosos y responsables, que sea un placer convivir con ellos, que sean productivos y útiles al mundo. De lo contrario, cuando tu hijo crezca y nadie lo reciba en su casa o en la sociedad te preguntarás ¿Qué pecado habré cometido para merecer esto?

Escrito en: CARIÑOTERAPIA hijos, padres, saber, "dame"

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