Desde otro ángulo

Conforme pasa el tiempo y ante lo intempestivo que han sido todos los golpes que la pandemia ha traído a los mexicanos y a todos los seres humanos, queda claro que la esperanza es lo último que se pierde, lo cual se comprueba con el anuncio reciente que se hizo en la reunión del G-7, de donar mil millones de dosis vacunas para los países pobres.

Esa definición se hace luego del encuentro que se tuvo con el representante de la Organización Mundial de la Salud, lo que nos lleva a remarcar que la luz ante toda esta oscuridad siguen siendo, hasta hoy en día, las vacunas.

Esto nos traslada a la interrogante de por qué se ha pausado la aplicación de la vacuna en Durango y en nuestro

país, pues el ritmo con el que se realizaba, al menos, antes del 6 de junio, ha disminuido.

En Durango, debiera estarse aplicando, este viernes, la segunda dosis de la población que se encuentra en los 50

años, la cual se empalmará con la que se destina a los 40 años en adelante, que se administra en estos momentos en algunos municipios. Y en la capital, donde se concentra el mayor número de población, se estarían empatando ambos segmentos, los de 50 y los de 40 años.

Estos puntos nos llevan a revisar y preguntar si la rapidez con la que se distribuyeron grandes dosis de vacunas

obedeció al interés de influir en los resultados del pasado proceso electoral. La politización de las vacunas era inevitable. Frente a una contingencia sanitaria de estas dimensiones, el afán de lucro y de poder convirtieron a las

vacunas en instrumentos de gran valor, y todo indica que así sucedió con el Gobierno Federal, al dispersar grandes

cantidades de vacunas antes al 6 de junio; y hoy estemos en una pausa. Dentro de todo esto, hay otro tema que debemos anotar: conforme avanza la pandemia, también crece el número de niños y de jóvenes contagiados. Y luego cuestionamos por qué se regresó a clases en estos contextos (otro tema para analizarse).

Existen pronósticos de la posible aparición de variantes que resulten resistentes a las vacunas y nos lleven a

una regresión epidemiológica. Por eso urge vacunar a todo el mundo, y, cuanto antes, mejor. Y en México, aún carecemos de una logística adecuada para lograr una inmunización general.

Falta mucho por avanzar hacia la estrategia universal de atención a la salud y con ello también caminar en la estrategia nacional de vacunación contra elCovid-19.

Nos queda claro, pues, que la vacuna es el factor más importante para poder brincar esta contingencia que ha dejado fuertes daños colaterales, pero es importante señalar la urgente necesidad de una verdadera estrategia en la

aplicación de las vacunas en nuestro país, que pueda dar cobertura para todos los mexicanos, fuera de un enfoque político-partidista.

@ArlnContreras