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Mándalos a la vida con tu bendición

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Mándalos a la vida con tu bendición

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VANESSA BARDÁN PUENTE

¿De dónde viene el deseo de ser padres? ¿porque crees que decidimos tener hijos? ¿porque la mayoría de nosotros tenemos o deseamos tener al menos un hijo y probablemente más? El deseo de tener hijos no es algo racional, lógicamente no hay lógica alguna, es un deseo interno, obviamente nadie quiere cambiar pañales, desvelarse y gastarse toda su quincena.

A veces brincan, patalean, gritan y nos desesperan. Luego recordamos como nos abrazan y nos dice, "te amo mami" "te amo papi" y su sola sonrisa nos basta. ¿Porque será que amamos tanto a un recién nacido si no hacen nada solo reciben? los amamos con locura porque compartimos, aprendemos, creamos, inyectamos energía, son nuestro proyecto para la vida a largo plazo.

Tener hijos nos coloca en una posición donde tenemos que poner las necesidades del otro antes que las nuestras, donde nuestros hijos nos están empujando constantemente más a la luz, el alma sabe lo que viniste a vivenciar con cada persona, pero a veces pienso que en la crianza de mis hijos perdí mi mente, pero me encontré mí misma.

El acto menos egoísta de los padres durante su vida es soltar a los hijos amándolos tanto, pues los hijos no solo se llevan en el vientre nueve meses, los llevas en tu corazón toda tu vida, desde el biberón, pasando por el kínder, hasta la universidad, cuando se van del nido, cuando se casan y hasta cuando les da la reuma.

Llega un día en que te das cuenta que tus hijos crecieron con el permiso de la vida, ya no hay mochilas en el suelo, juguetes por todos lados y dibujos de crayola en la pared, ya no se escucha el bullicio infantil y echas de menos su voz inocente que te interrumpía. En la infancia eran los dulces, se escondían de ti y los comían hasta ponerse malos, en la secundaria "las malas amistades" y en la universidad era el tequila. Hay que disfrutar los momentos que no son ni buenos ni malos, simplemente son. Podemos aprender a ver con nuestros hijos cada desafío como una oportunidad para estar haciendo nuestro trabajo espiritual, estamos en esta vida para logarlo. Los hijos son seres que Dios nos presta para hacer un curso intensivo de como amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar tus peores defectos y darles mejores ejemplos, son el préstamo más preciado y maravilloso préstamo ya que solo son tuyos mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino a sus propias familias.

Es por eso que, ver su potencial y confiar en ellos, darles nuestra dedicación y esfuerzo se convierte en un recurso emocional importantísimo, incluso es más importante que las ventajas económicas puedas ofrecerle, da un nivel más alto de protección eso que ni qué.

Nuestro compromiso debería ser dejarle al planeta mejores seres humanos, cada página que pases, léela con detenimiento porque esa ya no vuelve. Nuestra misión como padres es recordarles a nuestros hijos, que han nacido con un don, una expresión especial de la divinidad que los hace únicos y diferentes, tu principal tarea es recodarle su chispa interior y avivarla, diciplinarla y desarrollarla para ir en pos de lo que desea, darles su terapia de shock, a través del servicio social, para sacarlos de su microcosmos consumista y llevarlos voluntariamente a la fuerza a servir a personas vulnerables, ponerlos con los pies en la tierra.

Es fundamental que no demos a nuestros hijos todo lo que desean y fomentar que sean ellos mismos los que logren sus deseos esforzándose para conseguirlos, ser guiados desde el día uno de vida. Criar con respeto implica establecer límites claros, necesarios, coherentes y constantes ya que estos ofrecen seguridad y estabilidad. Es gratificante el darles la oportunidad de que aprendan, que ellos lo pueden lograr solos y así puedan reconocer su gran poder interno y la fortaleza que tienen y eso es algo que solo en la ausencia se aprende, solo así se aprende a crecer, a madurar, cambiar, reduce nuestra ansiedad el ver que ellos solitos generan y cuidan su propio jardín, este es el premio por un gran esfuerzo, verlos llegar a sus metas.

Si tú te das la oportunidad de realizar sus sueños profesionales, les trasmites a tus hijos felicidad y plenitud y entonces podrás sentirte orgulloso de ser coherente por haber criado hijos capaces de salir al mundo a sobrevivir y prosperar por su cuenta. Y llega un día en que seguramente ya no seremos las mismos... ellos serán más adultos y nosotros tendremos que madurar más, ellos se van a descubrir y nosotros tendremos que redescubrirnos e inventarnos una nueva vida, cada vez que regresen nos tendremos que volver a conocer. Nuestros hijos son un reflejo de nosotros, somos parte de sus motivaciones y aspiraciones, les enseñamos un abanico de caminos. Si hiciste bien tu chamba, habrás logrado un buen grado de empatía en la relación con tus hijos y tranquilamente podrás darles la bendición para que sepan cuidar de ellos y que con sus alas encuentren y hagan en algún lugar del mundo, un lugar tan amado, saludable y lindo como el hogar que tú les has dado.

Escrito en: CARIÑOTERAPIA hijos, darles, solo, cada

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