Pone el arco bajo llave para tomar la escopeta

La jalisciense Alejandra Ramírez vivirá este verano uno de los más grandes sueños de todo deportista de alto rendimiento, competir en los Juegos Olímpicos. Un proceso que inició a los nueve años, edad que marcó su aventura en el mundo deportivo practicando el tiro con arco.

"Empecé haciendo tiro con arco a los nueve años con la intención de hacer amigos, era mi distracción de la escuela y sí, era buena, pero no era para mí".

Ramírez Caballero, quien desde corta edad vivió acompañada en casa de la disciplina de tiro con escopeta por las prácticas constantes de su abuelo, padre y hermanos, no se involucró a ésta sino hasta la adolescencia, y tras un accidente que cambió la vida de su familia. "Cuando tenía 17 años, mi papá tuvo un accidente que le hizo perder la movilidad del brazo y al poco tiempo salió una convocatoria para empezar a tirar escopeta, yo no sabía que era olímpico, porque el deporte no era muy conocido en México".

Alejandra, quien desde el primer momento que tomó la escopeta sintió una gran emoción, supo que sería una actividad donde acompañada de su papá podría llegar a grandes escenarios que alguna vez habría soñado. "Siempre había querido ir a Olímpicos, en tiro con arco no me veía porque era buena, pero no la mejor, entonces mi papá me llevó a la prueba y desde el primer tiro sentí que había nacido para eso. Mi papá se puso feliz, porque era algo que íbamos a compartir, algo donde podía trasmitirme conocimiento, recuerdo que cuando gané mi cuota olímpica fue la de los dos, el me apoyó en todo momento".

La hoy tiradora mexicana aseguró que la obtención de su plaza olímpica fue muestra de su dedicación y trabajo, que la mantiene constante en cada torneo en los que participa. "Ya venía dando la pelea, no fue una sorpresa llegar a estos Juegos y ese momento fue el mejor de mi vida, he cumplido en Centroamericanos, Panamericanos y me siento muy feliz, creía que era un sueño, pero no", concluyó.