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Yamil Darwich

A principios del año 2021, escuché una canción de protesta, cuyos autores titularon como: "Patria y vida", haciendo referencia a uno de los discursos de Fidel Castro, en que remataba: "Patria o muerte".

Era una declaración abierta contra la dictadura impuesta por los Castro, a través de más de 60 años, tiempo en que han empobrecido y desgastado la calidad de vida de los caribeños.

Me queda la satisfacción de conocer a algunos emigrados, ahora norteños, a quienes, despectivamente, los seguidores del "partido" llaman "quedados". Hombres y mujeres valiosos, con disposición para trabajar, quizá estimulados por una realidad que nosotros aún no imaginamos; la inmensa mayoría considerados como buenas personas, excelentes profesionistas -en mi caso universitarios- calificados sobradamente y siempre alegres y festivos; desde luego que nada es perfecto y llegué a convivir con poquísimos oportunistas, que vinieron a México usándonos como "trampolín" hacia los EUA, muchos con familiares ubicados en ese país.

De inmediato, el heredero de los Castro, Miguel Díaz-Canel, intentó contrarrestar el llamado de justicia, tratando de desmerecer lo cantado por los rebeldes: "quisieron borrar nuestra consigna -refiriéndose al remate de Fidel- 'Patria o muerte' gritamos miles anoche" respondió por twitter. Luego: violenta represión.

La inconformidad sigue creciendo, poco a poco: cubanos, alimentados con el deseo de libertad y tener mejores oportunidades de vida: educación -solo algunos son elegidos para ingresar a la universidad, excelente por cierto, recibiendo adoctrinamiento que pretende inculcar las ideas políticas castristas-; acceso a la salud, que hasta lo conocido es selectiva, ofreciendo calidad de nivel mundial para los dirigentes del partido y hasta hace poco, rusos comisionados en la isla, dejando al pueblo en condiciones de limitadas posibilidades curativas; "ahí viene la papa", frase que aprendí de algunos de ellos, narrando la llegada de vehículos a los barrios, entregándoles los tubérculos en forma limitada, sólo para atenuar el hambre.

De libertad y servicios públicos ni hablamos, Usted conoce imágenes de las principales ciudades.

Fidel Castro, es un personaje que ocupa un lugar preponderante en la historia del siglo XX; el 7 de enero de 1956, entra a La Habana como vencedor revolucionario, luego que Fulgencio Batista huyera de la Isla; los Castro y 81 seguidores, se avituallan en México, para lograr sus propósitos, manteniendo una guerra civil que duraría 4 años.

Desde luego que los Castro tenían una bandera justa; los inversionistas norteamericanos se habían apoderado de la economía de la isla, instalado una infraestructura turística que abusaba de los empleados, favorecia la prostitución y el tráfico de drogas, violentándolos de muchas maneras. Era realidad inaceptable.

En el transcurrir de estos 62 años, los norteamericanos no perdieron la oportunidad de intentar recuperar lo que consideraban "suyo"; políticos e inversionistas poderosos confabularon ejecutando varios intentos para alcanzar el derrocamiento de Fidel. La historia señala el desembarco en la Bahía de Cochinos, cuando con cubanos exiliados intentaron invadir y fueron derrotados; no olvide la "crisis de los balseros" y otros sucesos desafortunados.

Tampoco dejemos de reconocer el abuso de poder de los EUA, intentando -en apariencia- ahogar la economía cubana con un sitio de plaza -como los antiguos medievales- limitando el ingreso de barcos y mercancías a la Isla, incrementando las carencias del pueblo.

Fidel, conocedor del interés de la antigua URSS, astutamente ofreció tierra para una base militar que amenazara al territorio americano, provocando la conocida crisis de los misiles durante la guerra fría, que pudo ocasionar un enfrentamiento entre las potencias que poseían armas nucleares.

Con todo, los EUA, lograron mantener la base naval militar Bahía de Guantánamo, que han transformado en un centro de tortura y encarcelamiento de enemigos considerados terroristas y otros acusados de espionaje o violación a sus leyes. Como lees, ni uno ni el otro son gobiernos de los que pudiéramos tomar ejemplo.

Estemos atentos a los acontecimientos violentos en la Isla, que requiere la participación de organizaciones internacionales para atenuar el número de muertes y daños; ojalá que la crisis se resuelva pronto, pensando en lo cercanos y queridos que son por nosotros los valiosos cubanos.

Entre todo, sorprende la postura de nuestro gobierno, ofreciendo apoyo a los gobernantes, intentando desviar atención y realidad... ¿y que más podríamos esperar?

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Escrito en: Diálogo Castro,, luego, EUA,, realidad

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