Durand se mantiene reina de la velocidad

La atleta cubana Omara Durand revalidó este martes su corona de reina de la velocidad con una medalla de oro en los 400 metros, clase T12 de discapacitados visuales, en los Juegos Paralímpicos de Tokio, y sigue invicta en la distancia diez años después de conquistar su primer Mundial.

Omara Durand (Santiago de Cuba, 1991), plusmarquista mundial de los 400 metros con un crono de 51.77 logrado en Río, defendió en Tokio su trono con una carrera que la llevó directa al oro con un tiempo de 52.58.

"Estaba muy nerviosa antes de la competición, pero después de terminar la carrera estoy muy satisfecha. Es muy normal cada vez que se compite. Siempre estoy pensando en cómo ganar y en mantener un sentimiento positivo", dijo la atleta cubana al concluir la final.

Durand reconoció que no ha sido fácil llegar hasta los Juegos de Tokio, principalmente por la pandemia mundial que aplazó la cita un año y complicó a los deportistas los entrenamientos, especialmente a los que corren con guía.

"Mi secreto es el sacrificio para entrenar y un buen entrenamiento. Eso es todo", confesó Durand, que corre junto a Yuniol Kindelán de guía.

Uno de los principales apoyos de Omara Durand es su hija, Ericka, a quién la atleta considera "la mayor inspiración" en su vida. Aunque ella no lo sabia, Durand estaba ya embarazada cuando corrió en Londres 2012. Al recibir la noticia de su embarazo, la corredora cubana decidió dejar el mundo del deporte durante unos años para cuidar de su hija. Volvió en 2015 y continuó añadiendo títulos a su legado.

"Ahora, ella entiende perfectamente lo que hago y por eso lo daré todo en la pista para que se sienta orgullosa de mí. Aunque anhela estar a mi lado todo el tiempo, estará en casa y me verá correr. Su aplauso estará conmigo", declaró.