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Agregados culturales: ambigüedad y cuestionamientos

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Agregados culturales: ambigüedad y cuestionamientos

Agregados culturales: ambigüedad y cuestionamientos

DALILA RIVAS

Vayamos por partes. Lo primero. La prensa nacional de esta semana ha otorgado muchas líneas al análisis, crítica, aceptación y reprobación y hasta posibles "soluciones" a la ya denominada crisis en la diplomacia cultural del país, todo ello derivado de los recientes despidos, nombramientos y renuncias en la embajada mexicana, comenzando con el cese de Jorge F. Hernández como agregado cultural en España y el posterior nombramiento de Brenda Lozano como su sucesora; nombramiento que por cierto no fue de ninguna manera bien recibido entre los seguidores más entrañables del Presidente y la 4T, tanto así que las probabilidades de que el ejecutivo haya basado la decisión de anunciar a nivel nacional el retiro del nombramiento de Brenda son muy elevadas. Lo que bien es innegable y salta a toda evidencia es que la diplomacia cultural en México está en jaque.

Pero repito. Vayamos por partes. Lo segundo; ¿qué es un agregado cultural? En este punto me parece importante entenderlo y dejarlo claro porque es precisamente de ahí de donde deriva el conflicto. En términos de la propia Secretaría de Relaciones Exteriores un agregado cultural es un rango asignado a una persona en la embajada mexicana o a una misión diplomática, bajo la autoridad del embajador. Lo que nunca ha quedado muy claro es la "misión" que se le confiere a dicho rango, así como las tareas, actividades, propósitos o responsabilidades, la delimitación de sus funciones las cuales terminan siendo absurdamente ambiguas. Así mismo los nombramientos han estado exentos de criterios claros para su selección, ni hablar de la valoración ponderada de su posible permanencia y/o asenso, como lo menciona Edgardo Bermejo Mora en un análisis presentado la semana pasada, no existen mecanismos verificables para la evaluación de su gestión, por el contrario, el nombramiento de agregados culturales ha estado sujeta por años a criterios estrictamente presupuestales o bien ha respondido a coyunturas políticas determinadas. Lo que quiere decir que no existe una clara idea del trabajo que realiza el agregado, y peor aún que este se vincule con una determinada estrategia de diplomacia cultural de la SR en el exterior. Lo anterior ha provocado, en cierta medida, la crisis por la que atraviesa la diplomacia cultural mexicana, ya que si algo tan elemental y básico como la designación de un funcionario provoca este torbellino de desacuerdos, dimes y diretes avivados principalmente por desconocidos en las redes sociales, imaginemos temas más complejos. Bueno!

Y es que entre los requerimientos básicos para ser un agregado cultural, se solicita tener una trayectoria de escritor, creador artístico o gestor cultural con cierto currículum consolidado; también se han seleccionado académicos con presencia pública. Y los ha habido también, por qué no decirlo, nombramientos de agregados sin experiencia probada en el campo cultural, las artes o la academia, todo ello atendiendo a favores políticos de diversa naturaleza. Lo que por supuesto no es de extrañarse, esto último es una situación que trasciende a la SEM y se da de manera común en el sector cultural, el cual parece ser un área diametrada por la ambigüedad, un área donde cabemos todos y al mismo tiempo no cabe nadie, porque es ajustable a distintos intereses en distintos tiempos. Sin embargo, la experiencia en los últimos años ha demostrado que no basta ser un artista consolidado, un gestor cultural públicamente conocido o un escritor brillante para llevar a cabo actividades relacionadas con lo que yo llamo administración cultural, situación que también trasciende a la embajada, lo podemos observar en las instituciones estatales de cultura, en los centros culturales municipales, etc. Los funcionarios del sector no necesariamente cuentan con las capacidades y el dominio de las herramientas en materia de gestión cultural y planeación estratégica, así como con las habilidades políticas, técnicas o administrativas que demandan las funciones de ciertos puestos o cargos. Es por ello que la cultura termina siendo lo menos serio, lo menos importante, lo no tan profesional y por eso ahí siempre hay artistas, puros artistas!

¡Le deseo una extraordinaria semana!

Escrito en: Desde afuera cultural, agregado, nombramiento, cultural,

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